martes, 30 de marzo de 2010

ÁGORA


Ágora
es el título de una película española dirigida por Alejandro Amenábar que tiene previsto su estreno en 2009. Rodada en la isla de Malta, se trata de un drama histórico centrado en la figura de Hipatia de Alejandría, científica, filósofa neoplatónica y símbolo de la sabiduría pagana, asesinada presuntamente por elementos cristianos exaltados en el año 415.

Ágora es el título definitivo, después de que se especulase con el título Mists of Time (Brumas del tiempo). Desde el principio el proyecto ha estado rodeado de un gran silencio.

Es la segunda película de Amenábar, tras Los otros, rodada íntegramente en inglés. El rodaje comenzó el 15 de marzo de 2008. Para el autor de Los otros, se trata de una nueva experiencia:

«El empeño de todo el equipo es devolverle la vida con un enfoque hiperralista, conseguir que los espectadores vean, sientan y huelan una civilización remota como si fuera su propia realidad. Me siento inmensamente privilegiado y agradecido por contar con Rachel Weisz en este viaje. Su inmenso talento, su inteligencia y su humanidad ya se están haciendo sentir entre nosotros»

Los escenarios de esta producción se encuentra en Fort Ricasoli. Otras localizaciones están en Mdina, Valletta y Marsaklokk, en algunos de los lugares donde se rodó Gladiator. La película cuenta con un presupuesto de 50 millones de euros.


Contexto científico

Alejandro Amenábar no solamente nos muestra la pasión de los personajes y la lucha por el poder en Ágora, también nos ilustra sobre muchas facetas de la Cultura y de la existencia del Ser humano: Historia, Filosofía, Astronomía, Matemáticas, Física, Sociología. De manera sutil y hermosa aparecen algunos de los hitos de la historia de la matemática y de la historia de la astronomía:

A lo largo de la película el personaje de Hipatia se emociona ante los textos de los Elementos de Euclides, el cono de Apolonio, el sistema geocéntrico de Ptolomeo y el heliocéntrico de Aristarco de Samos y se apasiona y empeña en resolver el enigma astronómico que plantean los planetas errantes vislumbrando en la elipse la solución que hallarán más de mil años después, en el siglo XVI, Copérnico y Kepler en su reformulación, hoy vigente, de la Teoría heliocéntrica de órbitas elípticas.

Toda la tradición espiritual, cultural, filosófica y científica de la Cuenca del Mediterráneo se decanta en una mujer que habitó en tiempos convulsos la ciudad de Alejandría.


Argumento

Hipatia enseña

Dentro del recinto donde se encuentra el Museo de Alejandría y el Serapeum, Hipatia (la actriz Rachel Weisz) enseña matemáticas, astronomía y filosofía a los hijos de la élite de Alejandría. Entre sus alumnos está Orestes(el actor Oscar Isaac) y Sinesio (el actor Rupert Evans). También el joven esclavo Davo (el actor Max Minghella) enamorado de Hipatia, presente en las clases como ayudante, escucha con atención las enseñanzas de su ama. Orestes -que llegará a ser el Prefecto romano en Alejandría- también se enamora de la hermosa y cautivadora maestra, pretendiéndola en matrimonio.

La revueltas y los enfrentamientos

En los barrios de la ciudad reina el descontento, los cristianos muestran su creciente fortaleza burlándose del dios greco-egipcio Serapis, a quien consideran una falso dios, un dios pagano. La actitud provocadora de los cristianos desencadena un ataque mortal contra ellos que será el comienzo de una espiral de violencia cruzada entre las distintas facciones religiosas -cristianos, greco-egipcios, judíos- y los distintos estamentos de poder -el patriarcado alejandrino y el poder imperial-. En la primera refriega Teón de Alejandría, padre de Hipatia, es herido de muerte. La violencia crece sin control y la venganza se adueña de Alejandría. Los cristianos, numerosos y bien organizados sitian el recinto sagrado. Ante esta dramática situación Hipatia protege a sus discípulos, de manera especial a los cristianos, y entre ellos a Davo, su esclavo. El sitio perdura. Desde Roma el Emperador proclama la inmediata expulsión del recinto de sus moradores legitimando a los cristianos.

El asalto y la victoria cristiana

La situación es desesperada, atrapada tras los muros la astrónoma Hipatia lucha por salvar los pergaminos que guardan la sabiduría del mundo antiguo. Junto a ella resiste Davo, que se debate entre el amor que la profesa y la libertad que podría alcanzar uniéndose al imparable ascenso de los cristianos. Davo es manumitido por su ama Hipatia que huye acongojada junto a sus discípulos y los patricios. La expulsión se consuma: los edificios son expoliados y arrasados.

Pero la paz no llega. La provocación de los cristianos a los judíos en una representación teatral y la falta de respuesta de la autoridad hace que estos se tomen la justicia por su mano -con una encerrona en la que mueren numerosos cristianos- pero que de nada servirá ya que los judíos serán finalmente masacrados y expulsados de la ciudad. Los cristianos consolidan su poder y lo aplican sin misericordia.

La expulsión de Hipatia y los suyos de los edificios oficiales y emblemáticos -que han quedado en manos de los cristianos- no parece ser suficiente. Los jerarcas cristianos confabulan contra el prefecto Orestes a quien quieren obligar ante la Biblia a que abjure de su fidelidad a Hipatia.

La desolación

La vida de Hipatia está en riesgo. Ella representa la negación del patriarcado y de los patriarcas cristianos: una mujer no sometida a ningún hombre, culta, reconocida matemática y astrónoma, admirada por sus discípulos que además se niega a convertirse a una religión en la que no cree, el cristianismo.

Ante la Biblia, el obispo Cirilo de Alejandría condena a Hipatia por pagana y bruja y ordena su lapidación. Los seguidores del obispo buscan por las calles tumultuosas de Alejandría a Hipatia para ejecutarla. En la algarabía, Davo, su antiguo esclavo, aún enamorado, también la busca.





CLSS BS2

SGP BS2

jueves, 25 de marzo de 2010

lunes, 15 de marzo de 2010

OBRAS KANT

Obras
Se suele dividir la obra de Kant en dos períodos: el precrítico y el crítico. El primero de ellos abarcaría toda la actividad filosófica kantiana hasta la "Disertación" de 1770, y el segundo su actividad filosófica posterior, en el que desarrolla su pensamiento en una dirección distinta, cuyas líneas fundamentales expone en la "Crítica de la razón pura". Algunos estudiosos de Kant, no obstante, distinguen dos fases en el periodo precrítico: la primera, hasta 1755, según unos, o 1760, según otros, en la que predominaría en Kant el interés por la física y las ciencias en general; la segunda, hasta 1770, coincidiendo con su actividad como Privatdozent en la Universidad de Königsberg, dominada por preocupaciones metafísicas.

Período precrítico

1747 "Pensamientos sobre el verdadero valor de las fuerzas vivas"
1755 "De igne" ("Sobre el fuego", presentada como tesis doctoral)
1755 "Historia natural general y teoría del cielo"
1755 "Nueva dilucidación de los primeros principios del conocimiento metafísico"
1762 "La falsa sutileza de las cuatro figuras silogísticas"
1762 "El único fundamento posible de una demostración de la existencia de Dios"
1764 "Investigación acerca de la distinción de los principios de la teología natural y de la moral"
1764 "Observaciones acerca del sentimiento de lo hermoso y lo sublime"
1766 "Sueños de un visionario, comentados por los sueños de la metafísica"
1770 "De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis" ("Sobre la forma y principios del mundo sensible e inteligible") más conocida como la Disertación de 1770.

Periodo critico

1781 "Crítica de la razón pura"
1783 "Prolegómenos a toda metafísica futura"
1785 "Fundamentación de la metafísica de las costumbres"
1785 "Sobre los volcanes de la luna"
1786 "Primeros principios metafísicos de la ciencia natural"
1787 Segunda edición de la "Crítica de la razón pura"
1788 "Crítica de la razón práctica"
1790 "Crítica de la facultad de juzgar"
1791 "Sobre el fracaso de todos los intentos filosóficos en teología"
1793 "La religión dentro de los límites de la mera razón"
1795 "Hacia la paz perpetua"
1797 "La metafísica las costumbres"

Opus Postumum
Recoge los escritos no editados por Kant en los que trabajaba antes de su muerte y que manifiestan una evolución de su pensamiento hacia las posiciones que defenderá posteriormente el idealismo alemán.

ADT

INMANUEL KANT

Biografía
Immanuel Kant fue bautizado como 'Emanuel' pero cambió su nombre a 'Immanuel' tras aprender hebreo.
[1] Nació en 1724 en Königsberg (desde mediados del siglo XX, Kaliningrado, Rusia). Era el cuarto de nueve hermanos, de los cuales sólo cinco alcanzaron la adolescencia. Pasó toda su vida dentro o en los alrededores de su ciudad natal, la capital de Prusia Oriental en esa época, sin viajar jamás más allá de 150 km de Königsberg.[2] Su padre Johann Georg Kant (1682–1746) era un artesano alemán de Memel, en aquel tiempo la ciudad más al nordeste de Prusia (ahora Klaipėda, Lituania). Su madre Anna Regina Reuter (1697–1737), nacida en Núremberg, era la hija de un fabricante escocés de sillas de montar. En su juventud, Kant fue un estudiante constante, aunque no espectacular. Creció en un hogar pietista que ponía énfasis en una intensa devoción religiosa, la humildad personal y una interpretación literal de la Biblia. Por consiguiente, Kant recibió una educación severa —estricta, punitiva y disciplinaria— que favorecía la enseñanza del latín y la religión por encima de las matemáticas y las ciencias.[3]
El joven estudiante
Desde el primer momento, Kant mostró gran aplicación en sus investigaciones. Primero fue enviado al
Collegium Fridericianum y después se matriculó en la Universidad de Königsberg en 1740, a la edad de 16 años.[4] Estudió la filosofía de Leibniz y Wolff con el profesor Martin Knutzen, un racionalista que también estaba familiarizado con los desarrollos de la filosofía y la ciencia británica y que introdujo a Kant en la nueva física matemática de Newton. También previno al joven alumno respecto del idealismo, visto negativamente por toda la filosofía del siglo XVIII, e, incluso después de la creación de la teoría del idealismo trascendental, Kant refutó el idealismo en la segunda edición de su obra principal. Crítica de la razón pura.
El infarto de su padre y su posterior muerte en 1746 interrumpió sus estudios. Kant se convirtió en un profesor particular en los pequeños pueblos alrededor de Königsberg, pero continuó su investigación académica. En 1749 publicó su primera obra filosófica, Gedanken von der wahren Schätzung der lebendigen Kräfte (
Meditaciones sobre la verdadera estimación de las fuerzas vivas). Kant publicó muchas más obras sobre temas científicos, y llegó a ser profesor universitario en 1755. El tema de sus lecciones era la "Metafísica", la cual enseñó durante casi cuarenta años, incluso después de su ruptura con la metafísica. El manual para el curso estaba escrito por A.G. Baumgarten, autor del término 'Estética' en su sentido moderno.
En Allgemeine Naturgeschichte und Theorie des Himmels (
Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, 1755), Kant diseñó la hipótesis de la nebulosa protosolar, en donde dedujo correctamente que el Sistema Solar se formó de una gran nube de gas, una nebulosa. De este modo intentaba explicar el orden del Sistema Solar, anteriormente visto por Newton como impuesto por Dios desde el comienzo. Kant también dedujo correctamente que la Vía Láctea era un gran disco de estrellas, formada asimismo a partir de una nube giratoria. Además, sugirió la posibilidad de que otras nebulosas podían ser igualmente grandes discos de estrellas distantes, similares a la Vía Láctea, lo que dio origen a la denominación de Universos Isla para las galaxias, término en uso hasta bien entrado el siglo XX.
Desde este momento, Kant se concentró en temas cada vez más filosóficos, aunque continuaría escribiendo sobre las ciencias a lo largo de su vida. En los inicios de los años 1760, Kant concibió una serie de importantes obras de filosofía: Die falsche Spitzfindigkeit der vier syllogistischen Figuren erwiesen (
La falsa sutileza de las cuatro figuras del silogismo), una obra sobre lógica, publicada en 1762. Aparecieron dos libros más al año siguiente: Versuch, den Begriff der negativen Größen in der Weltweisheit einzuführen (Ensayo para introducir el concepto de magnitudes negativas en la filosofía) y Der einzig mögliche Beweisgrund zu einer Demonstration des Daseins Gottes (El único fundamento posible de una demostración de la existencia de Dios).
En 1764, Kant escribió Beobachtungen über das Gefühl des Schönen und Erhabenen (
Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime) y quedó segundo tras Moses Mendelssohn en un concurso de la Academia de Berlín con su Untersuchung über die Deutlichkeit der Grundsätze der natürlichen Theologie und Moral (Sobre la nitidez de los principios de la teología natural y de la moral). En 1770, a la edad de 45 años, Kant fue nombrado finalmente Profesor de Lógica y Metafísica en la Universidad de Königsberg. Kant escribió su Disertación inaugural (De mundi sensibilis atque intelligibilis forma et principiis) en defensa de este nombramiento. Esta obra vio la aparición de muchos temas centrales de su obra madura, incluyendo la distinción entre las facultades del pensamiento intelectual y la receptividad sensible. Ignorar esta distinción significaría cometer el error de la subrepción y, como dice en el último capítulo de la disertación, la Metafísica tan sólo progresará evitando dicho error.
Giro hacia la crítica A la edad de 46 años, Kant era un conocido erudito y un filósofo cada vez más influyente. Se esperaba mucho de él. Como respuesta a una carta de su alumno
Markus Herz, Kant llegó a reconocer que en la Disertación inaugural no había logrado dar cuenta de la relación y conexión entre nuestras facultades intelectuales y sensibles. También reconoció que David Hume le despertó del "sueño dogmático" (alrededor de 1770). Kant no publicó ningún trabajo de filosofía en los once años siguientes.
Kant dedicó su década silenciosa a trabajar en una solución para los problemas planteados. Aunque amante de la compañía y la conversación, Kant se aisló, pese a los intentos de sus amigos de sacarle de su aislamiento. En
1778, en respuesta a una de esas peticiones de un antiguo alumno, Kant escribió:
«Cualquier cambio me hace aprensivo, aunque ofrezca la mejor promesa de mejorar mi estado, y estoy convencido, por este instinto natural mío, de que debo llevar cuidado si deseo que los hilos que las Parcas tejen tan finos y débiles en mi caso sean tejidos con cierta longitud. Mi sincero agradecimiento a mis admiradores y amigos, que piensan tan bondadosamente de mí hasta comprometerse con mi bienestar, pero, al mismo tiempo, pido, del modo más humilde, protección en mi actual estado frente a cualquier alteración.»
[5]
Cuando Kant salió de su silencio en
1781, el resultado fue la Crítica de la razón pura (Kritik der reinen Vernunft). Aunque hoy sea reconocida unánimemente como una de las más importantes obras en la historia de la filosofía, fue ignorada en el momento de su publicación inicial. El libro era largo, más de 800 páginas en la edición original en alemán, y escrito en un estilo seco y académico. Fue objeto de pocas reseñas, las cuales, además, no concedían importancia a la obra. Su densidad hacía de ella un "hueso duro de roer", oscurecida por "...toda esta pesada telaraña”, según la describió Johann Gottfried Herder en una carta a Johann Georg Hamann.[6]
Esto contrasta intensamente con el elogio que Kant había recibido por obras anteriores, como la citada memoria de 1764 y otros opúsculos que precedieron a la primera Crítica. Estos tratados bien recibidos y legibles incluyen uno sobre el
terremoto de Lisboa, que fue tan popular que se vendía por páginas.[7] Antes de su giro hacia la crítica, sus libros se vendían bien, y para cuando publicó Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime en 1764, se había convertido en un autor popular de cierto renombre.[8] Kant se decepcionó con la recepción de la primera Crítica. Reconociendo la necesidad de clarificar el tratado original, Kant escribió los Prolegómenos a toda metafísica futura (Prolegomena zu einer jeden künftigen Metaphysik, die als Wissenschaft wird auftreten können) en 1783, como un resumen de sus principales puntos de vista. También animó a su amigo Johann Schultz, a publicar un breve comentario sobre la Crítica de la razón pura.
La reputación de Kant aumentó gradualmente durante la
década de 1780, gracias a una serie de obras importantes: el ensayo Respuesta a la pregunta: ¿Qué es Ilustración? (Beantwortung der Frage: Was ist Aufklärung?) de 1784; la Fundamentación de la metafísica de las costumbres (Grundlegung zur Metaphysik der Sitten), de 1785 (su primera obra sobre filosofía moral), y Principios metafísicos de la ciencia natural (Metaphysische Anfangsgründe der Naturwissenschaft), de 1786. Pero el reconocimiento final de Kant llegó desde una fuente inesperada. En 1786, Karl Leonhard Reinhold comenzó a publicar una serie de cartas públicas sobre la filosofía kantiana. En estas cartas, Reinhold enmarcaba la filosofía de Kant como una respuesta a la principal controversia intelectual de la época: la Disputa sobre el Panteísmo. Friedrich Heinrich Jacobi había acusado al recientemente fallecido Gotthold Ephraim Lessing (distinguido dramaturgo y ensayista filosófico) de spinozismo. Esa acusación, equivalente a la de ateísmo, fue desmentida rotundamente por Moses Mendelssohn, amigo de Lessing, y surgió una amarga disputa pública entre ellos. La controversia gradualmente escaló hasta convertirse en un debate general sobre los valores de la Ilustración y de la razón en sí misma. Reinhold mantenía en sus cartas que la Crítica de la razón pura de Kant podía resolver esta disputa defendiendo la autoridad y los límites de la razón. Las cartas de Reinhold fueron ampliamente leídas e hicieron a Kant el filósofo más famoso de su época.
Últimas obras de Kant
Kant publicó una segunda edición de la
Crítica de la razón pura en 1787, revisando en profundidad las primeras partes del libro. La mayoría de sus posteriores obras se centraron en otras áreas de la filosofía. Continuó desarrollando su filosofía moral, especialmente en la Crítica de la razón práctica (Kritik der praktischen Vernunft, conocida como la segunda Crítica) de 1788 y la Metafísica de las costumbres (Metaphysik der Sitten) de 1797. La Crítica del juicio (Kritik der Urteilskraft, la tercera Crítica) de 1790 aplicaba el sistema kantiano a la Estética y la teleología. También escribió varios ensayos algo populares sobre historia, religión, política y otros temas. Estas obras fueron bien recibidas por los contemporáneos de Kant y confirmaron su posición preeminente en la filosofía del siglo XVIII. Había varias revistas dedicadas únicamente a defender y criticar la filosofía kantiana. Pero, a pesar de su éxito, las tendencias filosóficas se movían en otra dirección. Muchos de los discípulos más importantes de Kant (incluyendo a Reinhold, Beck y Fichte) transformaron la posición kantiana en formas de idealismo cada vez más radicales. Esto marcó la aparición del Idealismo alemán. Kant se opuso a estos desarrollos y denunció públicamente a Fichte en una carta abierta[9] en 1799. Fue uno de sus últimos actos filosóficos. La salud de Kant, mala desde hacía mucho tiempo, empeoró, y murió en Königsberg el 12 de febrero de 1804, murmurando la palabra «Genug» («suficiente», «basta») antes de expirar.[10] Su inacabada obra final, el fragmentario Opus Postumum, fue (como su título sugiere) publicada póstumamente.
Han surgido una variedad de creencias populares con respecto a la vida de Kant. A menudo se sostiene, por ejemplo, que Kant maduró tardíamente, que sólo se convirtió en un filósofo importante a sus cincuenta y tantos años después de rechazar sus anteriores puntos de vista. Aunque es cierto que Kant escribió sus mejores obras relativamente tarde en su vida, hay una tendencia a infravalorar el valor de sus obras anteriores. Los estudios recientes sobre Kant han dedicado más atención a estos escritos "precríticos" y se ha reconocido una cierta continuidad con sus obras maduras.
Muchos de los mitos comunes acerca de las peculiaridades personales de Kant se enumeran, explican y refutan en la introducción del traductor inglés Goldthwait de las "
Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime".[11] A menudo se sostiene que Kant vivió una vida muy estricta y previsible, lo que lleva a la historia a menudo repetida de que sus vecinos ponían los relojes en hora cuando daba sus paseos diarios.[12] De nuevo, esto es cierto sólo en parte. Mientras fue joven, Kant fue una persona muy sociable y un apasionado de los convites durante la mayor parte de su vida. No se casó nunca. Únicamente en una época más avanzada de su vida, la influencia de su amigo, el comerciante inglés Joseph Green, hizo que Kant adoptara un estilo de vida más regular.[13]
Su filosofía
Todo aquel que se ocupe de filosofía moderna no puede dejar de lado a Kant; tal vez haya que decir lo mismo de todo aquel que se ocupe de filosofía. Su obra es típicamente alemana, muy elaborada y un tanto nebulosa. Encerrado en su gabinete, donde pasó su larga vida de casi 80 años, cuidaba poco el filósofo del mundo banal, aun cuando lo frecuentaba con placer.
Encasillado en su subjetividad, a la manera de
Descartes, da a sus teorías una dirección muy distinta a la del filósofo francés. Descartes se adentra en su yo, pero ha de encontrar el camino para elevarse a Dios, y a un tiempo, para dar "certidumbre" al mundo físico o de la "res extensa". Kant, encerrado en un mundo fenoménico, ha de descalificar la posibilidad de contactar a las cosas en sí mismas. Sean las del mundo, la de Dios, la del alma.
La filosofía de Kant no niega la existencia de Dios, ni un orden moral, ni la realidad pensable de un mundo físico. Lo que niega -salvo en lo moral- es que la razón humana pueda trascender y llegar a esos entes en sí mismos: sean el "mundo", "Dios" o el "alma". Además Kant constituyó la idea de que el mundo, el sol y todos los planetas son complementarios unos con otros.
Kant parte de la conciencia, de las representaciones fenoménicas del yo. Sean provenientes del mundo externo o interno. Y se aboca, desde un principio, a la estética trascendental.
Kant entiende por sensación el efecto de un objeto sobre la facultad representativa, en cuanto somos afectados por él. Se entiende que se prescinde por completo de la naturaleza del objeto afectante y que solamente se presta atención al efecto que se produce en nosotros, en lo puramente subjetivo.
La intuición empírica es una percepción cualquiera que refleja a un objeto, y así el conocimiento es considerado como un medio. La intuición empírica es la que se refiere a un objeto, pero por medio de la sensación. El fenómeno es el objeto indeterminado de la intuición empírica. El árbol puede afectarnos y de él tenemos una representación fenoménica. Nada podemos saber del árbol en sí. La realidad de la cosa, en ella misma, es un
noúmeno no alcanzable.

ADT

sábado, 6 de marzo de 2010

Bibliografía David Hume

Historia amable de mi vida (1734) Biblioteca Nacional de Escocia
Una carta a un medico en la que se pide consejo acerca de la "Enfermedad de lo aprendido" que le aflige. En esta obra declara que a los dieciocho años de edad «pareció abrirse ante mí una nueva área del pensamiento..» que le hizo «abandonar otro placer u ocupación» y le condujo a la búsqueda de la erudición.

Tratado sobre la naturaleza humana: Un intento de introducir el método de razonamiento experimental en las cuestiones morales. (1739–40)
Libro 1: "Del entendimiento" Tratado que comprende desde el origen de las ideas a su división.
Libro 2: "De las pasiones" Tratado de las emociones.
Libro 3: "De la moral" Ideas morales, justicia, obligaciones, benevolencia.
Hume esperó a ver si el Tratado alcanzaba el éxito, y de ser así lo completaría con libros dedicados a la política y a la crítica. Sin embargo, no lo logró, así que nunca lo completaría.
Resumen de un libro recientemente publicado: Titulado Tratado sobre la naturaleza humana (1740)
En ocasiones atribuido a Adam Smith, en la actualidad se cree que fue un intento de Hume de popularizar su Tratado.

Ensayos sobre moral y política (first ed. 1741–2)
Colección de ensayos escritos durante muchos años y publicados en varios volúmenes antes de ser reunidos en uno hacia el final de la vida de Hume. Estos ensayos pueden resultar confusos por la gran variedad de asuntos de los que tratan: cuestiones de juicio estético, la naturaleza del gobierno británico, el amor, el matrimonio, la poligamia o la demografía de las antiguas Grecia y Roma, por enumerar sólo unos pocos de los temas considerados. Sin embargo, hay temas recurrentes, como la cuestión de qué constituye el "refinamiento" en materias de gusto estético, educación y moral. Los ensayos están escritos imitando inequívocamente el estilo de
Joseph Addison, a quién Hume leyó con avidez en su juventud.

Cartas de un caballero a su amigo de Edimburgo: Edimburgo (1745).

Investigación sobre el entendimiento humano (1748)
Contiene revisiones de los puntos principales del Tratado, Libro 1, con la adición de material sobre el libre albedrío, milagros, y el argument del diseñador.

Investigación sobre los principios de la moral (1751)
Otra revisión de temas tratados en el Tratado con un enfoque más didáctico. Hume lo consideró el mejor de sus trabajos filosóficos, tanto por sus ideas filosóficas como por su estilo literario

Discursos políticos Edimburgo (1752).
Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos (1753-6) reimpreso en 1758 - 77.

Cuatro disertaciones: Historia natural de la religión. De las pasiones. De la tragedia. Del criterio del gusto Londres (1757).
Incluido en Ensayos y Tratados de muchos asuntos

Historia de Inglaterra (1754–62)
Se puede considerar como una colección de libros en lugar de como un único trabajo. Es un trabajo monumental que comprende «desde la invasión de Julio César a la revolución de 1688». Esta obra le aportó a Hume casi toda la fama que se granjearía en vida, editándose más de un centenar de veces. Muchos la consideran "la" historia de Inglaterra hasta la publicación de la Historia de Inglaterra de
Thomas Macaulay.

Historia natural de la religión (1757)

Mi vida (1776)
Escrita en abril, poco antes de morir, esta autobiografía fue realizada con la intención de incluírla en una nueva edición de Ensayos y tratados de muchos asuntos.

Diálogos sobre la religión natural (1779)
Publicada póstumamente por su sobrino, también llamado David Hume. Es una discusión entre tres personajes de ficción que esgrimen argumentos para probar la existencia de Dios, tratando con detenimiento el argumento del diseño. A pesar de una cierta controversia, la mayor parte de los estudiosos de Hume están de acuerdo en que la postura de Philo, el más escéptico de los tres, es la más cercana a la del propio Hume.

martes, 2 de marzo de 2010

biografia de david hume


Primeras obras
En 1734, tras unos meses en Bristol, dejó el estudio autodidacta y realizó experimentos mentales en La Flèche (Anjou, Francia). Durante los cuatro años que permaneció allí, diseñó su plan de vida, como escribiría en De mi propia vida, decidiendo «hacer que una estricta frugalidad supla mi falta de fortuna, para mantener mi independencia intacta, y para considerar todos los objetos contingentes excepto la mejoría de mi talento para la literatura». En La Fleche completó Tratado de la naturaleza humana a la edad de veintiséis años. Aunque hoy en día se considera al Tratado el trabajo más importante de Hume y uno de los libros más relevantes de la historia de la filosofía, el público británico le dispensó una fría acogida. El mismo Hume describió la falta de reacción popular ante la publicación de su Tratado en 1739–40 al escribir que «Nacido muerto desde la imprenta, sin ni siquiera alcanzar la distinción necesaria para levantar un murmullo entre los fanáticos. Pero, de temperamento alegre y optimista, me recuperé pronto de la decepción y proseguí con ardor mis estudios». Entonces escribiría Un resumen de un libro publicado recientemente; titulado, Tratado de la naturaleza humana. Donde el argumento central del libro se ilustra y explica. Sin revelar su autoría, intentó hacer su trabajo más inteligible acortándolo, pero incluso esta labor publicitaria erró en su propósito de despertar el interés en el Tratado.

Tras la publicación de Ensayos de moral y política en 1744 solicitó una cátedra de ética y pneumática (psicología) en la Universidad de Edimburgo, pero fue rechazado. Durante la Rebelión Jacobita de 1745 fue tutor del Marqués de Annandale. Fue entonces cuando comenzó su gran trabajo histórico Historia de Gran Bretaña (libro), que tarda . Esta obra no alcanzaría más éxito que el Tratado.

Hume fue acusado de herejía, pero sus amigos le defendieron alegando que al ser ateo estaba fuera de la jurisdicción de la Iglesia de Escocia. A pesar de resultar absuelto y posiblemente debido a la oposición de Thomas Reid de Aberdeen, que durante ese año criticó su metafísica desde el cristianismo, le fue denegada la cátedra de filosofía en la Universidad de Glasgow. En 1752, como relata en De mi propia vida, «La facultad de derecho me eligió como bibliotecario, un empleo por el que recibía escasos o nulos emolumentos, pero que puso bajo mi mando una gran biblioteca». Esta biblioteca le proporcionó las fuentes que le permitieron continuar con las investigaciones históricas necesarias para la escritura de su Historia.

El reconocimiento de su obra
Hume se granjeó notoriedad como ensayista e historiador. Su gigantesca Historia de Gran Bretaña desde los reinos sajones hasta la Revolución Gloriosa se vendió mucho en su época. En ella, Hume presentaba al hombre como una criatura de costumbres, predispuesto a someterse en silencio al gobierno establecido a menos que se enfrente a la incertidumbre. Según él, sólo las diferencias religiosas podían desvíar al hombre de sus vidas cotidianas para hacerle pensar en política.


El ensayo de Hume De la superstición y la religión estableció las bases del pensamiento laico. Los críticos con la religión de la época de Hume tenían que expresarse con cautela. Apenas 15 años antes del nacimiento de Hume, un estudiante de dieciocho años, Thomas Aikenhead fue juzgado por decir públicamente que el cristianismo era un sinsentido, blasfemia por la que sería ahorcado. Hume siguió la práctica habitual de expresar sus puntos de vista indirectamente, a través de personajes que dialogaban en su obra. Además, no reclamó la autoría del Tratado hasta el año de su muerte, en 1776. Sus ensayos Del suicidio, y De la inmortalidad del alma y sus Diálogos sobre la religión no se publicarían hasta después de su muerte, y aun así Hume no figuraba en ellos en los nombres del autor ni del editor. Hume fue tan hábil camuflando sus ideas que a día de hoy todavía se discute si en realidad era deísta o ateo. A pesar de ello, se le denegaron muchos cargos por declararse ateo.

Hay un relato (probablemente falso) sobre David Hume y su supuesto ateísmo. En él, Hume cae de su caballo en un barrizal y se empieza a hundir. Entonces pasa por allí una anciana y pía dama. Cuando ve al célebre ateo agitando sus brazos en un intento de salvar su vida se acerca al borde y le mira. Hume le suplica a la dama que le acerque una rama para poder escapar, pero ella responde que se niega a menos que proclame su devoción a Dios Todopoderoso. Hume finalmente hace lo que le pide y la dama le ayuda a salir.

De 1763 a 1765 Hume ejerció como secretario de Lord Hertford en París, donde se ganó la admiración de Voltaire y fue agasajado por las damas de la alta sociedad. Allí trabó una amistad con Rousseau que más tarde se estropearía. Escribió sobre su estancia en París «A menudo añoré la tosquedad de The Poker Club de Edimburgo... para corregir y rectificar tanta exquisitez». En 1768 se estableció en Edimburgo. En 1770, el filósofo alemán Immanuel Kant avivó el interés por los trabajos filosóficos de Hume al declarar que le habían despertado de «sueños dogmáticos» (circa) y desde entonces gozó del reconocimiento que había perseguido durante toda su vida.

James Boswell visitó a Hume pocas semanas antes de su muerte. Hume le dijo que sinceramente veía la vida después de la muerte como «el capricho más irracional». Hume escribió su propio epitafio: «Nacido en 1711, Muerto en 1776. Dejando a la posteridad que añada el resto» que está grabado conjuntamente con el año de su fallecimiento en la «sencilla tumba romana» que dejó escrito que prefería y que está situada, como deseaba, en la ladera este de Calton Hill, desde la que se ve su casa, en el número 1 de St David Street del New Town de Edimburgo.
IMP BS2
RFG BH2