jueves, 4 de febrero de 2010

Examen de Descartes 2006

Descartes: Discurso del Método. Cuarta parte.


"Así, puesto que los sentidos nos engañan a veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal como ellos nos la hacen imaginar. Y como hay hombres que se equivocan al razonar, aun acerca de las más sencillas cuestiones de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que estaba yo tan expuesto a errar como cualquier otro y rechacé como falsos todos los razonamientos que antes había tomado por demostraciones. Finalmente, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos pueden también ocurrírsenos cuando dormimos, sin que en tal caso sea ninguno verdadero, resolví fingir que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más ciertas que las ilusiones de mis sueños. Pero advertí en seguida que aun queriendo pensar, de este modo, que todo era falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y al advertir que esta verdad - pienso, luego soy - era tan firme y segura que las suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla, juzgué que podía aceptarla sin escrúpulos como el primer principio de la filosofía que buscaba. "



CUESTIONES

1.- Explique el sentido del texto y analice los términos subrayados (Valoración 0-4 puntos).


2.- La duda metódica y la fundamentación de la filosofía en Descartes (Valoración 0-4 puntos).


3.- Teniendo en cuenta la pregunta anterior, relacione a Descartes con algún otro autor o corriente de pensamiento, señalando aproximaciones o diferencias (Valoración 0-2 puntos).






Verónica Martin Gómez, Alba Encinas y Teresa Fernández

Racionalismo




El racionalismo (del latín, ratio, razón) es una corriente filosófica que apareció en Francia en el siglo XVII, formulada por René Descartes, que se opone al empirismo y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia sobre todo el sentido de la percepción.




El racionalismo ha aparecido de distintas formas desde las primeras etapas de la filosofía occidental, pero se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René Descartes, quien creía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí, de las que es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.



El racionalismo epistemológico ha sido aplicado a otros campos de la investigación filosófica. El racionalismo en ética es la afirmación de que ciertas ideas morales primarias son innatas en la especie humana y que tales principios morales son evidentes en sí a la facultad racional. El racionalismo en la filosofía de la religión afirma que los principios fundamentales de la religión son innatos o evidentes en sí y que la revelación no es necesaria, como en el deísmo. Desde finales del año 1800, el racionalismo ha jugado sobre todo un papel antirreligioso en la teología.





Descartes



La revolución científica del siglo XVII coincide con una refrendación de la filosofía. La nueva ciencia de la naturaleza presupone unos principios sobre la materia, el movimiento y la causalidad y requieren una nueva filosofía basada en los principios del racionalismo individualista, la libertad de conciencia y la crítica del entusiasmo y los dogmatismos religiosos.





Características fundamentales de la filosofía racionalista




1. Plena confianza en la razón humana

Los filósofos racionalistas le otorgan un valor extremo a la razón entendida como la única facultad susceptible de alcanzar la verdad. La oposición típica en la Edad Media entre razón y fe (Revelación) o entre filosofía y religión, es sustituida ahora por la contraposición entre las verdades racionales frente a los engaños o ilusiones de los sentidos. Razón se opone a sensibilidad, experiencia, conocimiento sensoperceptual, no a fe.




2. Existencia de ideas innatas

Siguiendo la tradición abierta por Platón, para el cual el conocimiento verdadero podía ser alcanzado a través del recuerdo, al estar las Ideas de algún modo "presentes" en el alma humana, los racionalistas afirman que la conciencia posee ciertos contenidos o ideas en las que se encuentra asentada la verdad. La mente humana no es un receptáculo vacío, ni una "tabla rasa" como defendieron los empiristas, sino que posee naturalmente un número determinado de ideas innatas o naturalezas simples (como las denomina Descartes) a partir de las cuales se vertebra y fundamenta deductivamente todo el edificio del conocimiento. La característica fundamental de tales ideas es su simplicidad, claridad y distinción, es decir, la evidencia. En Descartes las ideas innatas y en particular la idea de Dios garantizan y son los pilares desde los que reconstruir con plena certeza todos los saberes, desde la física hasta la metafísica. En Leibniz, por ejemplo, las mónadas contienen ("como semillas") una perspectiva parcial de la totalidad del universo, son un microcosmos en el que se refleja el macrocosmos.




3. Adopción de un método de carácter matemático

Todos los racionalistas tomaron como modelo el método utilizado por la matemática y la geometría: Descartes lo desarrolló en su obra Reglas para la dirección del espíritu; Spinoza en el Tratado de la reforma del entendimiento y Leibniz en su De Arte combinatoria, que estaba inspirado en Ramón Llull.La utilidad del método estriba no sólo en escapar del error, sino que persigue una intención clara: la unificación de las ciencias e incluso la creación de una "Mathesis Universalis" o ciencia cierta de carácter universal que pudiera utilizar un lenguaje simbólico matemático con el que analizar y reducir a lo simple (y cierto) toda proposición compleja de la ciencia.En las Regulae ad directionem ingenii (Regla IV) define Descartes el método de la siguiente manera:"Así pues, entiendo por método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales, el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verdadero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino aumentando gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento verdadero de todo aquello de que es capaz."El método es una propedeútica: sana, cura el entendimiento y lo orienta a la conquista de la verdad, reduciendo toda cuestión compleja a elementos simples, claros y distintos (evidentes) que son conocidos mediante una intuición intelectual, despojada de toda sensibilidad e independiente del ámbito de la experiencia (a priori).




4. Metafísica basada en la idea de substancia

La metafísica racionalista desvía la atención del ser (to ón) a la substancia (substantia) y adelgaza la división categorial de Aristóteles a tres únicos fundamentos: substancia, atributos (esencia o naturaleza de la substancia) y modos (cualificaciones, afecciones y variaciones de la substancia).Por substancia entienden los racionalistas "aquello que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra cosa para existir" (Descartes). Ahora bien, no todos estos filósofos admitieron el mismo número de ellas ni le otorgaron las mismas características. Descartes afirmó la existencia de tres substancias distintas (res infinita o Dios, res cogitans o pensamiento y res extensa o substancias corpóreas), lo cual le condujo al establecimiento de un acusado dualismo que escindió la realidad en dos ámbitos heterogéneos (lo corporal o material y lo espiritual) irreconciliables entre sí y regidos por leyes absolutamente divergentes (leyes mecánicas para el mundo físico).Spinoza afirmó la existencia de una única substancia, "Deus sive substancia, sive natura", que le hizo desembocar en una postura panteísta: pensamiento y extensión son atributos de Dios, única substancia existente, por lo que tanto el pensamiento (alma) como las cosas materiales no pueden ser consideradas sino como sus modos, no como entidades independientemente existentes.Leibniz, sin embargo, adoptó un pluralismo metafísico que afirmaba la existencia de infinitas substancias simples o mónadas caracterizadas por ser inextensas,, simples, impenetrables y dotadas de percepción y apetición. La mónada es una cierta energía, fuerza o entelequia (alma) que sigue el orden inexorable de una armonía preestablecida por Dios.




5. El mecanicismo

Aunque no fue adoptado por todos los racionalistas (Leibniz, por ejemplo), el mecanicismo fue el paradigma científico predilecto para la mayoría de ellos. Según éste, el mundo es concebido como una máquina, despojada de toda finalidad o causalidad que vaya más allá de la pura eficiencia: todo se explica por choques de materia en el espacio (lleno) y no existen fuerzas ocultas o acciones "a distancia". El mundo es como un gigante mecanismo cuantitativamente analizable.





Alejandro Machado BS2
Javier Belver BH2
Rubén Viñas BH2

BIOGRAFÍA DE DESCARTES






1. Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, en la Turena francesa. Pertenecía a una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachin Descartes, Consejero en el Parlamento de Bretaña. La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard, pocos meses después de su nacimiento, le llevará a ser criado en casa de su abuela materna, a cargo de una nodriza a la que permanecerá ligado toda su vida. Posteriormente hará sus estudios en el colegio de los jesuitas de La Flèche, hasta los dieciséis años, estudiando luego Derecho en la Universidad de Poitiers. Según la propia confesión de Descartes, tanto en el Discurso del método como en las Meditaciones, las enseñanzas del colegio le decepcionaron, debido a las numerosas lagunas que presentaban los saberes recibidos, a excepción de las matemáticas, en donde veía la posibilidad de encontrar un verdadero saber.




2. Esta muestra de escepticismo, que Descartes presenta como un rasgo personal es, sin embargo, una característica del pensamiento de finales del siglo XVI y principios del XVII, en los que el pirronismo ejerció una notable influencia. Terminados sus estudios Descartes comienza un período de viajes, apartándose de las aulas, convencido de no poder encontrar en ellas el verdadero saber.




3. "Por ello, tan pronto como la edad me permitió salir de la sujeción de mis preceptores, abandoné completamente el estudio de las letras. Y, tomando la decisión de no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en mí mismo o en el gran libro del mundo, dediqué el resto de mi juventud a viajar, a conocer cortes y ejércitos, a tratar con gentes de diversos temperamentos y condiciones, a recoger diferentes experiencias, a ponerme a mí mismo a prueba en las ocasiones que la fortuna me deparaba, y a hacer siempre tal reflexión sobre las cosas que se me presentaban, que pudiese obtener algún provecho de ellas." (Discurso del método)




4. Después de sus estudios opta, pues, por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en Holanda, en las tropas de Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un joven científico, Isaac Beeckman, para quien escribe pequeños trabajos de física, como "Sobre la presión del agua en un vaso" y "Sobre la caída de una piedra en el vacío", así como un compendio de música. Durante varios años mantienen una intensa y estrecha amistad, ejerciendo Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la concepción de una física matemática, en la que había sido instruido por Beeckman. Continúa posteriormente sus investigaciones en geometría, álgebra y mecánica, orientado hacia la búsqueda de un método "científico" y universal.




5. En 1619 abandona Holanda y se instala en Dinamarca, y luego en Alemania, asistiendo a la coronación del emperador Fernando en Frankfurt. Se enrola entonces en el ejército del duque Maximiliano de Baviera. Acuartelado cerca de Baviera durante el invierno, pasa su tiempo en una habitación calentada por una estufa, donde elabora su método, fusión de procedimientos lógicos, geométricos y algebraicos. De esa época será la concepción de la posibilidad de una matemática universal (la idea de una ciencia universal, de un verdadero saber) y se promete emplearla en renovar toda la ciencia y toda la filosofía.




6. La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como un mensaje del cielo para consagrarse a su misión filosófica. La importancia que concede Descartes a estos sueños choca con las características que se le atribuyen ordinariamente a su sistema ( racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de fundamentar con certeza el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros. Habiéndose dotado con su método de una moral provisional, renuncia a su carrera en el ejército. De 1620 a 1628 viaja a través de Europa, residiendo en París entre los años 1625-28, dedicando su tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando amistad con el cardenal Bérulle, quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo. Durante este período se ejercita en su método, se libera de los prejuicios, acumula experiencias y elabora múltiples trabajos descubriendo especialmente en 1626 la ley de refracción de los rayos luminosos. También en esta época redacta las "Reglas para la dirección del espíritu", obra inacabada que expone lo esencial de su método.




7. En 1628 se retira a Holanda para trabajar en paz. Permanecerá allí veinte años, cambiando a menudo de residencia, completamente ocupado en su tarea filosófica. Comienza por componer un pequeño tratado de metafísica sobre el alma y Dios del que se dice satisfecho y que debe servir a la vez de arma contra el ateísmo y de fundamento de la física. Dicho tratado contendría ya las ideas fundamentales de lo que serían posteriormente las "Meditaciones metafísicas", según algunos estudiosos del cartesianismo, opinión no compartida por otros, que creen demasiado temprana la fecha como para que Descartes estuvisese ya en posesión de su metafísica.




8. Interrumpe la elaboración de dicho tratado para escribir en 1629 un "Tratado del mundo y de la luz" que acaba en 1633 y que contiene su física, de caracter mecanicista. Pero, habiendo conocido por azar la condena de Galileo por haber sostenido el movimiento de la tierra (que también sostenía Descartes), renuncia a publicar su trabajo. Por una parte no quiere enfrentarse con la Iglesia a la cual está sometido por la fe. Por otra, piensa que el conflicto entre la ciencia y la religión es un malentendido. En fin, espera que un día el mundo comprenderá y que podrá editar su libro. Este "miedo" de Descartes ante la condena de Galileo ha llevado a algunos estudiosos a buscar en su obra un significado "oculto", llegando a interpretar la demostración de la existencia de Dios que realiza en las Meditaciones como un simple ejercico de prudencia, que no se correspondería con el "auténtico" pensamiento cartesiano sobre la cuestión. Para difundir su doctrina mientras tanto publica resúmenes de su física, precedidos por un prefacio. Es el famoso "Discurso del método", seguido de "La Dióptrica", los "Meteoros" y "La Geometría", que sólo son ensayos de este método (1637). El éxito le conduce a dedicarse completamente a la filosofía. Publica en 1641, en latín, la "Meditaciones sobre la filosofía primera", más conocida como Las Meditaciones metafísicas, que somete previamente a los grandes espíritus de la época (Mersenne, Gassendi, Arnauld, Hobbes...) cuyas objeciones seguidas de respuestas serán publicadas al mismo tiempo. En 1640 muere su hija Francine, nacida en 1635, fruto de la relación amorosa mantenida con una sirvienta. En 1644 publica en latín los "Principios de la filosofía". La publicación de estas obras le proporciona a Descartes el reconocimiento público, pero también es la causa de numerosas disputas.




9. En 1643 conoce a Elizabeth de Bohemia, hija del elector palatino destronado y exiliado en Holanda. La princesa lo adopta como director de conciencia, de donde surgirá una abundante correspondencia en la que Descartes profundiza sobre la moral y sobre sus opiniones políticas y que le conducen en 1649 a la publicación de "Las pasiones del alma", más conocida como el Tratado de las pasiones, que será la última obra publicada en vida del autor y supervisada por él.




10. Posteriormente realiza tres viajes a Francia, en 1644, 47 y 48. Será en el curso del segundo cuando conozca a Pascal. Su fama le valdrá la atención de la reina Cristina de Suecia. Es invitado por ella en febrero de 1649 para que le introduzca en su filosofía. Descartes, reticente, parte sin embargo en septiembre para Suecia. El alejamiento, el rigor del invierno, la envidia de los doctos, contraría su estancia. La reina le cita en palacio cada mañana a las cinco de la madrugada para recibir sus lecciones. Descartes, de salud frágil y acostumbrado a permanecer escribiendo en la cama hasta media mañana, coge frío y muere de una neumonía en Estocolmo el 11 de febrero de 1650 a la edad de 53 años.










Sonia García Prieto BS2
Cristina Luis San Segundo BS2

Isabel Moreno Piñuel BS2


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"Discurso del metodo de Renato Descartes"


Primeramente Descartes comienza afirmando que el sentido común es lo mejor repartido entre los hombres. Por sentido común, Descartes no entiende otra cosa, que la razón. No obstante, podemos apreciar diversidad, pluralidad en cuanto a las opiniones de los hombres, esto no se debe a la menor racionalidad por parte de algunos hombres, muy por el contrario la razón es igual en todos los hombres, la diversidad de opiniones se debe entonces a que algunos hombres no dirigen su razón de manera recta, en aras a la verdad.
Asimismo, es dicha facultad, a saber la razón, lo que diferencia al hombre del animal. La intención de Descartes no es otra que elaborar un método que permita incrementar el conocimiento. Para ello, descartes tomara como modelo a las matemáticas, ya que es la única ciencia que logro certezas y fundamentos sólidos. Muy por el contrario, la filosofia, se presentaba para Descartes, dudosa, dado las opiniones diversas que podíamos encontrar en la materia.
Por consiguiente, el resto de las ciencias que se habían fundado sobre la base de la filosofia, debían ser necesariamente dudosas. Descartes finaliza, la primera parte del discurso del método con un telos, con un fin ultimo distinguir lo verdadero de lo falso, para ello deberá despojarse de las costumbres que hacen incurrir en error, ya que “ofuscan nuestra luz natural”(Descartes Rene, El discurso del método, ediciones orbis, Barcelona, 1983, Pág. 50). Seguidamente, en la segunda parte del discurso del método, podemos apreciar el ocio productivo del que disponía Descartes para plasmar sus pensamientos en su obra. Así como también, notamos en la figura de Descartes, la característica moderna por excelencia, la individualidad, dado que Descartes valora lo individual por sobre lo colectivo.
Descartes comienza con la descontruccion total del edificio de conocimiento, es decir, con la eliminación de las creencias en las que se basaba su conocimiento, en aras a encontrar cimientos sólidos para una posterior construcción iluminada por la razón. Vale aclarar, que Descartes de ningún modo, intenta implementar su método al ámbito político.
El método cartesiano para conducir la razón rectamente se basar en cuatro preceptos, reglas, a saber:
1. Regla de la evidencia o criterio de verdad: no aceptar ninguna cosa como verdadera, hasta no tener evidencia de que así lo sea., es decir, descartes nos habla de evitar la precipitación al juzgar. Solo debemos aceptar aquello que se presenta a nuestro entendimiento de manera clara y distinta.
2.Regla del análisis o división: dividir los problemas en partes, para su mejor resolución.
3.Regla de síntesis: conducir ordenadamente el pensamiento, de modo tal de comenzar por los objetos mas simples a los complejos.
4. Regla de intuición: realizar recuentos, revisiones generales, a fin de no omitir nada. Dichas reglas deberán ser aplicadas a todas las ciencias, mas aún a la filosofia, ya que en ella, no hay cimientos sólidos y perturba a Descartes la condición de la filosofia, ya que es la madre de todas las ciencias y al tomar de ella sus principios dudosos, el resto de las ciencias se encuentran en su misma situación, a saber: dudosas e inciertas.
FDO: Annie, Veronica, Raquel

Dirección del espíritu de Descartes



Algunos intérpretes consideran que Descartes tomó su método de las matemáticas, puesto que esta ciencia parece cumplir fielmente dichas reglas. Pero, dado el carácter unitario del saber que defiende Descartes, deben emplearse en cualquier tipo de investigación, no sólo la matemática; precisamente parece que la aplicó en primer lugar a la propia filosofía.
Como indican los títulos de algunas de sus más importantes obras (“Discurso del método”, “Reglas para la dirección del espíritu”), Descartes consideró de suma importancia el descubrimiento de las reglas o método adecuado para la investigación científica.
También es preciso observar que no se trata de técnicas que puedan ser aplicadas mecánicamente para el descubrimiento de verdades, son más bien recomendaciones generales destinadas a emplear adecuadamente las capacidades naturales de la mente.
El método permite evitar la influencia del prejuicio, la educación, la impaciencia, y las pasiones que pueden cegar la mente.
No hay que confundir la intuición y la deducción (que son los dos “caminos más seguros hacia el conocimiento”) con el método y sus reglas.


Las reglas fundamentales son:


1. la regla de la evidencia;

2. la regla del análisis;

3. la regla de la síntesis;

4. la regla de la enumeración.





1. Regla de la evidencia


Es la primera y más importante de las reglas del método. Consiste en aceptar como verdadero sólo aquello que se presente con “claridad y distinción”, es decir, con evidencia. Es el ejercicio de la intuición. Esta regla da lugar a la duda metódica y, tras su superación, al conocimiento como ciencia o saber estricto. En los “Principios de filosofía”, Descartes nos dice que nunca nos engañaremos si nos limitamos a describir en nuestros juicios sólo aquello que conocemos clara y distintamente. El error tiene su origen en que juzgamos antes de tener un conocimiento exacto de lo juzgado. La voluntad, que es imprescindible para que demos nuestro asentimiento a un juicio, pude ir más allá de lo que se ofrece con claridad y distinción, y por lo tanto llevarnos al error. Descartes consideró que siempre que nos equivocamos es por mal uso de nuestra voluntad.




2. Regla del análisis


El análisis (“resolución”) es el método de investigación consistente en dividir cada una de las dificultades que encontramos en tantas partes como se pueda hasta llegar a los elementos más simples, elementos cuya verdad es posible establecer mediante un acto de intuición. En el “Discurso del método” nos la presenta como la segunda regla. Consiste en descomponer las aserciones complejas hasta llegar a los últimos elementos que las constituyen. Permite llegar a las “naturalezas simples”. Con este método conseguimos que las proposiciones más oscuras se puedan comprender al observar cómo dependen de otras más simples. Dice Descartes en las “Meditaciones” que es también un buen método de enseñanza pues muestra el camino por el que una cosa fue metódicamente descubierta, y es el que sigue en esa obra para mostrar la verdad de proposiciones complejas (por ejemplo “la mente es distinta del cuerpo”, “la mente puede existir sin el cuerpo”, “Dios existe”). En esta obra la proposición elemental a la que llega el análisis, y a partir de la cual posteriormente y mediante un proceso de síntesis se podrá demostrar la verdad de las proposiciones complejas citadas, es el cogito, cuya verdad se muestra mediante intuición.




3. Regla de la síntesis


O método de la composición. Consiste en proceder con orden en nuestros pensamientos, pasando desde los objetos más simples y fáciles de conocer hasta el conocimiento de los más complejos y oscuros.
En el “Discurso del método” nos la presenta como la tercera regla del método. Recomienda comenzar por los primeros principios o proposiciones más simples percibidas intuitivamente (a las que se llega mediante el análisis) y proceder a deducir de una manera ordenada otras proposiciones, asegurándonos de no omitir ningún paso y de que cada nueva proposición se siga realmente de la precedente. Es el método empleado por la geometría euclidiana. Según Descartes, mientras que el análisis es el método del descubrimiento, y es el que utiliza en las “Meditaciones Metafísicas” y el “Discurso del método”, la síntesis es el método más apropiado para demostrar lo ya conocido, y es el empleado en los “Principios de Filosofía”.





4. Regla de la enumeración


Descartes la cita en el “Discurso del método” como la cuarta regla. Consiste en revisar cuidadosamente cada uno de los pasos de los que consta nuestra investigación hasta estar seguros de no omitir nada y de no haber cometido ningún error en la deducción.





LRC Y NJB

Bibliografía de René Descartes

Obras filosóficas de Descartes :


La obra cartesiana, pese a la temprana muerte de su autor, abarca una extensión considerable, si incluimos en ella la abundante correspondencia mantenida a lo largo de su vida y las obras no publicadas por él. La edición de referencia de sus obras completas es la realizada por Charles Adam y Paul Tannery de 1897 a 1909 en 11 tomos, con un suplemento añadido en 1913. El tomo 12 contiene una vida de Descartes escrita por Charles Adam. La última reedición de estas obras completas data de 1996.





A) Obras publicadas durante la vida de Descartes


1637."Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la Verité dans les sciences. Plus la Dioptrique, le Météores et la Géometrie, qui sont des essais de cette méthode". ("Discurso del método", seguido de la "Dióptrica", los "Meteoros" y la "Geometría"), editada en Leyden por Jean Maire.


1641. "Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", editada por Michel Soly en París. En esta primera edición en latín de las "Meditaciones metafísicas" se incluyen sólo las seis primeras series de objeciones y respuestas.


1642."Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", segunda edición en Amsterdam, a cargo de Louis Elzevier, en las que se incluyen las séptimas objeciones y la carta al P. Dinet.


1643. "Epistola Renati Descartes ad celeberrimum virum D. Gisbertum Voetium", también editada por Louis Elzevier, en la que Descartes responde a un escrito denigratorio editado por Voetius.


1644."Renati Descartes Principia Philosophiae", primera edición de los "Principios de la filosofía", a cargo de Louis Elzevier en Amsterdam, obra dedicada a Elisabeth de Bohemia.


1644. Edición en latín del "Discurso del método", traducido por Et. de Courcelles y revisado por Descartes, con la "Dióptrica" y los "Meteoros", pero no la "Geometría", (que será editada en latín en 1649 por Schooten en traducción no revisada por Descartes.)


1647. "Les Méditations métaphysiques de René Descartes", traducidas por el duque de Luynes son la primera edición en francés de las "Meditaciones", editadas en París por Veuve Jean Camusat y Pierre Le Petit. Se incluyen las respuestas a las primeras, segundas, terceras, cuartas y sextas objeciones, traducidas por Clerselier. Ambas traducciones fueron revisadas por Descartes


1647. "Les principes de la philosophie", primera edición en francés, en París, a cargo de Henri Le Gras. La traducción del abate Picot fue revisada por Descartes, quien añade una carta prefacio.


1649."Les Passions de l'âme", (más conocida entre nosotros como el "Tratado de las pasiones"), publicada por varios editores: en Holanda por Louis Elzevier y en Francia por Henri Le Gras, entre otros.



B) Obras publicadas tras la muerte de Descartes


El principal editor de Descartes es su cuñado Claude Clerselier. A la muerte de Descartes en Estocolmo el embajador de Francia Hector-Pierre Chanut se hace cargo de sus escritos, que envía a Clerselier, quien procede a editar algunas de sus obras y gran parte de su correspondencia:


1657. "Lettres de Descartes", editadas por Charles Angot y Henri Le Gras, en París. Un segundo volumen será editado en 1659, con traducciones más o menos afortundas de su correspondencia en latín.


1664. "L' homme de Descartes" (el Tratado del hombre) y el "Traité de la formation du foetus", ambas editadas por Charles Angot y Théodore Girard.



1667. "Le Monde", según el texto original, editado por Michel Bobin y Nicolas Le Gras, junto a una nueva edición del Tratado del hombre .



1668. Ediciones del "Tratado de mecánica" y del "Tratado de música", así como de nuevas entregas de la correspondencia cartesiana, a cargo de varios editores.
El resto de las obras inéditas de Descartes se publicaron esporádicamente a lo largo de los siglos XVIII y XIX, culminando en la edición de sus obras completas por Charles Adam y Paul Tannery entre los años 1897 y 1909, convertida en la obra de referencia de la bibliografía cartesiana.





Luis Miguel Peña, José Javier Suárez y Alejandro Baladrón