martes, 20 de abril de 2010

Nietzsche, vida y obra

Filósofo alemán n. en Röcken, pequeña ciudad de la Turingia sajona anexionada a Prusia en 1815, el 15 oct. 1844. Cuando tenía 15 años perdió a su padre, que era pastor protestante. Hizo sus primeros estudios en Naumburg y posteriormente cursó Filología clásica en las Univ. de Bonn y Leipzig. Allí mostró ser un alumno aventajado de forma que en 1869 fue nombrado profesor de filología griega en la Univ. de Basilea. Testimonios de aquel tiempo nos describen a N. como un joven risueño y prometedor, que en nada preludiaba la terrible violencia de que iba a dar signos años más tarde. Una serie de amistades hechas en este tiempo marcarían decisivamente su carácter: F. W. Ritschl, bajo cuyo magisterio descubriría el mundo clásico; el helenista Erwin Rohde; y Richard Wagner (v.), con quien rompería posteriormente al encontrar su obra «demasiado cristiana».La vida de N. fue rica en experiencias traumáticas: en 1870, se alistó como enfermero voluntario militar durante la contienda franco-prusiana, en la que pudo contemplar -como señala Jaspers- la miseria y el sufrimiento humanos. También conoció el fracaso afectivo: en 1882, encontró en Roma a Lou Andreas Salomé, de la que se enamoró y a la que deseó unirse en matrimonio. Las presiones de su madre y hermana, y -sobre todo- su miedo a romper la soledad que le aislaba, destruyeron este amor que acaso pudiera haber salvado a N. de muchos naufragios. N. fue, además, un enfermo: en 1876, marchó a Sorrento, buscando la curación de una enfermedad que comenzaba a manifestarse amenazante. En 1879, dejó definitivamente la enseñanza y comenzó una vida errante por Suiza e Italia, que duró hasta 1889. En ese decenio, N. redactó una serie de obras que se nutrían de sus densos conflictos personales. En 1889 le sobrevino una aguda crisis de demencia, que sus biógrafos denominan «el hundimiento de N.». Acogido por su hermana, Elisabeth Forster, N. murió en Weimar, sin haber recuperado la lucidez, el 25 ag. 1900.Obras.Escribió, entre otras, las siguientes: Die Geburt der Tragödie aus dem Geiste der Musik (El origen de la tragedia en el espíritu de la música), Leipzig 1872; Unzeitgemäse Betrachtungen (Consideraciones inactuales), 1873-76; Menschliches, Allzumenschliches (Humano, demasiado humano), 1878; Der Wanderer und sein Schatten (El viajero y su sombra), 1880; Die fröhliche Wissenschalt (La gaya ciencia), 1882; Also sprach Zarathustra (Así habló Zaratustra), 1883-85; Inseits von Gut und Böse (Más allá del bien y del mal), 1886; Zur Genealogie der Moral (La genealogía de la moral), 1887; Die Götzendammerung (El ocaso de los dioses), 1889; Ecce homo, entregado a la imprenta poco antes del hundimiento de 1889. Posteriormente aparecieron Die Antichrist (El anticristo), en 1895, y la fragmentaria Der Wille zu Macht (La voluntad de poder), en 1901.


NJB BH2

Texto de selectividad F.Nietzsche

Pruebas de Acceso a las Universidades de Castilla y León

Filosofía II


EJERCICIO B

F. Nietzsche: La genealogía de la moral. Tratado primero.

“-La indicación de cuál es el camino correcto me la proporcionó el problema referente a qué es lo que las designaciones de lo «bueno» acuñadas por las diversas lenguas pretenden propiamente significar en el aspecto etimológico: encontré aquí que todas ellas remiten a idéntica metamorfosis conceptual, -que, en todas partes, «noble», «aristocrático» en el sentido estamental, es el concepto básico a partir del cual se desarrolló luego, por necesidad, «bueno» en el sentido de «anímicamente noble», de «aristocrático», de «anímicamente de índole elevada», «anímicamente privilegiado»: un desarrollo que marcha siempre paralelo a aquel otro que hace que «vulgar», «plebeyo», «bajo», acaben por pasar al concepto «malo».”


CUESTIONES

1.- Explique el sentido del texto y analice los términos subrayados (Valoración 0-4 puntos).

2.- Teoría de la moral en Nietzsche (Valoración 0-4 puntos).

3.- Teniendo en cuenta la pregunta anterior, relacione a Nietzsche con algún otro autor o corriente de pensamiento, señalando aproximaciones o diferencias (Valoración 0-2 puntos).


Filosofía II. Propuesta número 5 /2009. Pág. 2 de 2

Teresa Fernández Felipe BS2



lunes, 12 de abril de 2010

alienacion


O enajenación o extrañamiento. Circunstancia en la que vive toda persona que no es dueña de sí misma, ni es la responsable última de sus acciones y pensamientos. Para Marx es la condición en la que vive la clase oprimida en toda sociedad de explotación, en toda sociedad que admite la propiedad privada de los medios de producción.

Tanto para Marx como para Hegel, este concepto describe la siguiente situación que le puede sobrevenir a un sujeto: cuando no se posee a sí mismo, cuando la actividad que realiza le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la que él mismo propiamente es, decimos que dicho sujeto está alienado; la alienación describe la existencia de una escisión dentro de un sujeto, de un no poseerse totalmente y, como consecuencia de ello, comportarse de un modo contrario a su propio ser. Sin embargo, aunque Marx tomó este concepto de Hegel, hay importantes diferencias en el modo en que ambos filósofos la interpretaron:
para Hegel el sujeto de la alienación es la Idea (que algunos intérpretes de su pensamiento identifican con el mismo Dios), para Marx el sujeto es el hombre;
para Hegel la alienación consiste en el peculiar procedimiento por el cual la Idea se hace otra cosa radicalmente distinta de sí, se enajena y se hace Naturaleza; y las razones de este extraño destino son de índole teológica, pues tienen que ver con los planes de la Idea (Dios) para su propia perfección o autoconocimiento. En Marx la alienación se refiere a la explotación del hombre por el hombre, se refiere a la pérdida de autonomía y libertad de una clase social como consecuencia de la explotación a la que le somete otra clase social, principalmente por el hecho de existir la propiedad privada de producción.
Marx considera que con la aparición de la propiedad privada se produce una circunstancia social totalmente nueva y que sólo podrá eliminarse con la abolición de dicha forma de propiedad. Podemos entender esta nueva situación si nos fijamos en la alienación en la sociedad esclavista: en esta sociedad el esclavo no se pertenece a sí mismo sino al amo; el amo puede disponer a voluntad del esclavo, de su cuerpo, de su mente, de su personalidad y sus habilidades. Cabe distinguir el individuo mismo, su actividad y los objetos producidos por su actividad; pues bien, en dicha sociedad, el esclavo no es dueño ni de sí mismo (carece de libertad completa, no puede hacer lo que quiera con su cuerpo, ni con su sexualidad, ni con su mente) pero tampoco es dueño de su actividad, ésta le pertenece al amo, como también le pertenece al amo el conjunto de objetos producidos por el esclavo (por ejemplo los objetos de su actividad manual, lo que obtenga por trabajar en el campo, ...). Según Marx, lo mismo ocurre en el sistema de producción capitalista: aquí el hombre se hace cosa, mercancía, usada por el propietario de los medios de producción sólo como un instrumento más en la cadena de producción de bienes. La propiedad privada convierte los medios y materiales de producción en fines en sí mismos a los que subordina al mismo hombre. La propiedad privada aliena al hombre porque no lo trata como fin en sí mismo, sino como mero medio o instrumento para la producción.

LA ALIENACIÓN EN HEGEL Y MARX
significado común
sujeto escindido: el sujeto perdiendo su propio ser, convirtiéndose en algo contrario a su propia esencia
diferencias

sujeto de la alienación
causa de la alienación
muestra de la alienación
superación de la alienación

HEGEL
la Idea (Dios)
teológica
la existencia de la Naturaleza como algo distinto a la propia Idea
la autoposesión de la Idea en su existencia como Espíritu

MARX
la clase oprimida
la existencia de la propiedad privada
la existencia de clases sociales
abolición de la propiedad privada, las clases sociales y la explotación del hombre por el hombre

La alienación principal es la alienación económica, la alienación que se da como consecuencia de la estructura socioeconómica que descansa en la propiedad privada, pero no se agota en ella, pues también se expresa en la alienación religiosa, política, e intelectual. Podemos entender toda la propuesta filosófica de Marx como el intento de crear una filosofía que permita comprender las causas de la alienación (y en último término del sufrimiento humano) y encontrar su solución.
Annie diaz torres

prologo a contribucion a la critica de la economia politica

Karl Marx
Estudio el sistema de la economía burguesa por este orden: capital, propiedad del suelo, trabajo asalariado, Estado, comercio exterior, mercado mundial. Bajo los tres primeros títulos, investigo las condiciones económicas de vida de las tres grandes clases en que se divide la moderna sociedad burguesa; la conexión entre los tres títulos restantes salta a la vista. la primera sección del libro primero, que trata del capital, contiene los siguientes capítulos: 1. La mercancía; 2. El dinero o la circulación simple; 3. El capital en general. los dos primeros capítulos forman el contenido del presente fascículo. Tengo ante mí todos los materiales de la obra en forma de monografías, redactadas, con grandes intervalos de tiempo para el esclarecimiento de mis propias ideas y no para su publicación; la elaboración sistemática de todos estos materiales con arreglo al plan apuntado, dependerá de circunstancias externas.
Aunque había esbozado una introducción general, prescindo de ella, pues, bien pensada la cosa, creo que el adelantar los resultados que han de demostrarse, más bien sería un estorbo, y el lector que quiera realmente seguirme deberá estar dispuesto a remontarse de lo particular a lo general. En cambio, me parecen oportunas aquí algunas referencias acerca de la trayectoria de mis estudios de economía política.
Mis estudios profesionales eran los de Jurisprudencia, de la que, sin embargo, sólo me preocupé como disciplina secundaria, al lado de la filosofía y de la historia. En 1842-1843, siendo redactor de la Rheinische Zeitung, me vi por vez primera en el trance difícil de tener que opinar acerca de los llamados intereses materiales. Los debates de la Dieta renana sobre la tala furtiva y la parcelación de la propiedad del suelo, la polémica oficial mantenida entre el señor Von Schaper, a la sazón gobernador de la provincia renana, y la Rhinische Zeitung, sobre la situación de los campesinos del Mosela, fue lo que me movió a ocuparme por vez primera de cuestiones económicas. Por otra parte, en aquellos tiempos en que el buen deseo de “marchar a la vanguardia” superaba con mucho el conocimiento de la materia, la Rheinische Zeitung dejaba traslucir un eco del socialismo y del comunismo francés, teñido de un tenue matiz filosófico. Yo me declaré en contra de aquellas chapucerías, pero confesando al mismo tiempo francamente, en una controversia con la Allgemeine Augsburger Zeitung, que mis estudios hasta entonces no me permitían aventurar ningún juicio acerca del contenido propiamente dicho de las tendencias francesas. Lejos de esto, aproveché ávidamente la ilusión de los gerentes de la Rheinische Zeitung, quienes creían que suavizando la posición del periódico iban a conseguir que se revocase la sentencia de muerte ya decretada contra él, para retirarme de la escena pública a mi cuarto de estudio.
Mi primer trabajo, emprendido para resolver las dudas que me asaltaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción vio la luz en los Deutsch-Franzosische Jahrbücher, publicados en París en 1844. Mis investigaciones desembocaban en el resultado que sigue:
Tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política. En Bruselas, adonde me trasladé en virtud de una orden de destierro dictada por el señor Guizot, hube de proseguir mis estudios de economía política, comenzados en París. El resultado general a que llegué, y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su existencia, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se eleva un edificio [Uberbau] jurídico y político y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material determina [bedingen] el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí.
De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se revoluciona, más o menos rápidamente, todo el inmenso edificio erigido sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el comentario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas progresivas de la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal, y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana.
Friedrich Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de ideas desde la publicación de su genial bosquejo sobre la crítica de las categorías económicas, en los Deutsch-Franzoisische Jahrbücher, había llegado por distinto camino (Véase su libro La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra) al mismo resultado que yo. Y cuando en la primavera de 1845 se estableció también en Bruselas, acordamos contrastar conjuntamente nuestro punto de vista con el ideológico de la filosofía alemana. En el fondo, deseábamos liquidar nuestra conciencia filosófica anterior. El propósito fue realizado bajo la forma de una crítica de la filosofía posthegeliana. El manuscrito -dos gruesos volúmenes en octavo- llevaba ya la mar de tiempo en Westfalia, en el sitio en que había de editarse, cuando nos enteramos de que nuevas circunstancias imprevistas impedían su publicación. En vista de esto, entregamos el manuscrito a la crítica roedora de los ratones, muy de buen grado, pues nuestro objeto principal: esclarecer nuestras propias ideas, estaba conseguido. Entre los trabajos dispersos en que por aquel entonces expusimos al público nuestras ideas, bajo unos u otros aspectos, sólo citaré el Manifiesto del Partido Comunista, redactado en colaboración con Engels, y mi Discurso sobre el Libre Cambio. Los puntos decisivos de nuestra concepción fueron expuestos por vez primera, científicamente, aunque sólo en forma polémica, en mi escrito Miseria de la Filosofía, publicada en 1847 y dirigida contra Proudhon. La publicación de un estudio escrito en alemán sobre el Trabajo Asalariado, en el que recogía las conferencias dictadas por mí en la Asociación obrera alemana de Bruselas, fue interrumpida por la revolución de Febrero, que trajo como consecuencia mi alejamiento forzoso de Bélgica.
La publicación de la Neue Rheinische Zeitung, en 1844-1849, y los acontecimientos posteriores, interrumpieron mis estudios económicos, que no pude reanudar hasta 1850, en Londres. Los inmensos materiales para la historia de la economía política acumulados en el British Museum, la posición tan favorable que brinda Londres para la observación de la sociedad burguesa, y, finalmente, la nueva fase de desarrollo en que parecía entrar ésta con el descubrimiento de oro de California y de Australia, me impulsaron a volver a empezar desde el principio, abriéndome paso de un modo crítico, a través de los nuevos materiales. estos estudios me llevaban, a veces, por sí mismos, a campos aparentemente alejados en los que tenía que detenerme durante más o menos tiempo. pero fue la imperiosa necesidad de ganarme la vida lo que redujo el tiempo de que disponía. Mi colaboración desde hace ya ocho años en el primer periódico anglo-americano, el New York Tribune, me obligaba a desperdigar extraordinariamente mis estudios, ya que sólo en casos excepcionales me dedico a escribir crónicas periodísticas. Los artículos sobre los acontecimientos más salientes de Inglaterra y el continente formaban una parte tan importante de mi colaboración, que esto me obligaba a familiarizarme con una serie de detalles de carácter práctico situados fuera de la órbita de la ciencia económica propiamente dicha.
Este esbozo sobre la trayectoria de mis estudios en el campo de la economía política tiende simplemente a demostrar que mis ideas, cualquiera que sea el juicio que merezcan, y por mucho que choquen con los prejuicios interesados de las clases dominantes, son el fruto de largos años de concienzuda investigación. Y a la puerta de la ciencia, como a la puerta del infierno, debiera estamparse esta consigna:
Qui si convien lasciare ogni sospettoOgni viltá convien che qui sia morta
“Abandónese aquí todo recelo Mátese aquí cualquier vileza”.

Annie diaz torres

sábado, 10 de abril de 2010

El materialismo histórico

Materialismo histórico: Se denomina materialismo histórico a la doctrina sustentada por Marx y Engels según la cual no es el espíritu el que determina la historia (como en Hegel) sino que toda la vida espiritual es una superestructura de la estructura fundamental representada por las relaciones económicas de producción.

El materialismo que Marx postula tiene una significación práctica que lo opone simultáneamente al idealismo de Hegel pero también al materialismo 'clásico'.

1. Contra el idealismo: afirma la independencia de la naturaleza exterior respecto al pensamiento.

2. Contra el materialismo mecanicista y Feuerbach: afirma que no es posible separar la Naturaleza respecto del hombre. El hombre no es contemplativo sino activo, transforma la naturaleza y la naturaleza real es la transformada por el hombre de manera que se introduce en el devenir histórico.

Una de las partes esenciales del pensamiento marxista es el materialismo dialectico que aborda en forma dinámica el estudio del mundo y la sociedad.

Para Marx, el proceso de conocimiento, o forma de conocer se realiza en las siguientes fases:

1.- Practica: El hombre se enfrenta a la naturaleza a través de algún fenómeno en particular.

2.- Teórica: El Hombre elabora una interpretación teórica del fenómeno.

3.- Practica: El hombre pone en práctica su teoría, no solo para ver si funciona, sino para transformar su propia naturaleza.

La dialéctica es un método de pensamiento que aborda el estudio del mundo (es decir la naturaleza, las ideas y la sociedad), sujeto siempre a movimiento.

El filósofo alemán Federico Hegel sistematizo la dialéctica por primera vez. Pero lo hizo desde el punto de vista idealista, es decir, conociendo a la idea o al espíritu la supremacía de la materia.

El materialismo dialéctico estudia las leyes de movimiento en la naturaleza, las ideas y las sociedades. Se entiende por ley a una relación necesaria entre las cosas, los fenómenos o procesos. Dicha relación se deriva de la naturaleza interna de los mismos, es decir, de su propia esencia.

El Materialismo Histórico plantea los siguientes problemas:

* Considera al desarrollo de los fenómenos económicos, así como los de las sociedades en general, como parte de un proceso histórico natural, y que se puede explicar precisamente partiendo de las características de la realidad en desarrollo.

* Las relaciones económicas son relaciones entre hombre y mujeres, pero estos se encuentran agrupados en cales sociales, las que tiene intereses diversos debidos a lugar que ocupan en la producción y en reparto de la riqueza social.

* Uno de los aspectos más importantes del Materialismo Histórico en cuanto a teoría es el concepto de la totalidad. El marxismo no reduce el estudio de la historia al campo económico sino que considera que en el proceso de la historia concurren contradicciones de diferente signo. La totalidad sin embargo no son “todos los hechos” sino la realidad como un todo estructurado y dialéctico en el cual puede ser comprendido como racionalidad cualquier echo, clase de hechos o conjunto de ellos.

Con este orden de ideas, Marx esboza uno de los aspectos fundamentales de su teoría:

“El resultado general a que llegué y qué una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídico, política y a al que corresponde determinadas formas de conciencia social”.

El materialismo histórico de Marx supone la negación de la autonomía de las ideas respecto de las condiciones de la existencia humana y también el carácter dialéctico e histórico de esa base material. Engels lo define de la siguiente manera:

La concepción de la historia universal que ve la causa final y la fuerza propulsora decisiva de los acontecimiento históricos importantes en el desarrollo económico de la sociedad, en las transformaciones del modo de producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases, y en las luchas de estas clases entre sí Engels, Del socialismo utópico al socialismo científico.

Engels, en efecto, considera que Marx es el creador de este materialismo y (junto a la teoría de la plusvalía) conforma su mayor hallazgo científico. En rigor, no se trata de una teoría filosófica sino sociológica.

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1. La estructura económica constituye la base real de la sociedad.

2. Tal estructura está constituida por las bases de producción, que son las relaciones que se establecen entre los hombres de acuerdo con su situación respecto a las fuerzas de producción. Jurídicamente se expresan a través de las relaciones de propiedad. Dentro de un sistema capitalista, la burguesía es la propietaria de los medios de producción, y el trabajador solo posee la fuerza de trabajo (relaciones que son diferentes en un régimen de esclavitud o servidumbre)

3. Las fuerzas productivas están dados por el trabajo y los medios de producción. Las fuerzas productivas se mueven dentro del marco formado por las relaciones de producción.

4. La estructura económica determina o condiciona una superestructura constituida por las formas de conciencia o formas ideológicas que no son sino el conjunto de representaciones (ideas, mitos, símbolos) y valores de la sociedad en un momento en particular. La ideología dominante en cada momento corresponde a la ideología de la clase también dominante de manera tal que justifica la estructura económica de ese momento.

5. El conflicto aparece en función del desarrollo normal de las fuerzas productivas, las cuales ya no encuentran un contexto adecuado sino solo problemas en las relaciones de producción. De se modo aparece la fase de revolución social que transformará la superestructura ideológica. Marx postula que el desarrollo del sistema capitalista de producción conduce inevitablemente a la superación de la sociedad burguesa y de la propiedad privada.

6. No es la razón lo que conduce la historia como puntualiza Hegel, sino que es conducida principalmente (aunque no exclusivamente) por las fuerzas de producción, especialmente, el trabajo humano. En síntesis, el hombre es el principal actor de la historia, historia que solo puede avanzar a través de las contradicciones y luchas. Y en esa lucha, las formas de conciencia (la conciencia de clase) tienen un papel significativo (aunque no excluyente ni prioritario)

Después de Marx

La teoría política de Marx ha sido el centro de un permanente debate que ha enfrentado a 'ortodoxos' y 'revisionistas'. El debate, se centra en la transformación de las condiciones socio-políticas y económicas, que no parece desencadenar el colapso del capitalismo que había predicho Marx. Los marxistas debatirán sobre la crisis del capitalismo, el imperialismo, el futuro rol del Estado y si la revolución es o no inevitable.

Desde el punto de vista filosófico, el debate se centrará alrededor de la concepción dialéctica marxista. Por una lado, la tendencia 'científica' que dará prioridad dialéctica a la Naturaleza sobre la Historia y concibe los procesos dialécticos e históricos como necesarios, mientras que por el otro, reconocerán la importancia de los procesos históricos de la superestructura pero rechazarán una concepción determinista de la dialéctica.

Rubén Viñas Alfonso

BH2

jueves, 8 de abril de 2010

KARL MARX


Karl Heinrich Marx
, conocido también en castellano como Carlos Marx (Tréveris, Alemania, 5 de mayo de 1818Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la religión, la política, y la economía. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y el libro El Capital. Fue miembro fundador de la Liga de los Comunistas (1847-1850) y de la Primera Internacional (1864-1872).


BIOGRAFÍA

Karl Marx fue el tercero de siete hijos de una familia judía de clase media. Su padre, Herschel Mordechai (luego Heinrich) Marx, quien era descendiente de una larga línea de rabinos, ejercía la abogacía en Tréveris, su ciudad natal. Era además consejero de justicia, sin embargo recibió fuertes presiones políticas, por parte de las autoridades prusianas que le prohibieron continuar con sus prácticas legales de acuerdo a su religión y le obligaron a abrazar el protestantismo para poder mantener el cargo en la administración de Renania. Su madre fue Henrietta Pressburg, nacida en los Países Bajos, y sus hermanos fueron Sophie, Hermann, Henriette, Louise, Emilie y Caroline.

Realizó sus estudios de Derecho en la Universidad de Bonn pero los dejó para estudiar FilosofíaBerlín. Se doctoró en 1841 en Jena con una tesis titulada Diferencia entre la filosofía de la naturaleza de Demócrito y la de Epicuro. Pronto se implicó en la elaboración de trabajos en torno a la realidad social, colaborando en 1842 junto con Bruno Bauer en la edición de la Gaceta Renana (Rheinische Zeitung), publicación de la que pronto llegó a ser redactor jefe. Durante este período también frecuentó la tertulia filosófica de Los Libres (Die Freien). La publicación finalmente sería intervenida por la censura, y posteriormente, Marx tuvo que marchar al exilio.


PENSAMIENTO

Testigo y víctima de la primera gran crisis del capitalismo (década de 1830) y de las revoluciones de 1848, Marx se propuso desarrollar una teoría económica capaz de aportar explicaciones a la crisis, pero a la vez de interpelar al proletariado a participar en ella activamente para producir un cambio revolucionario.

La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de teoría y crítica económica, polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones políticas, cuadernos de trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de sus obras las escribió junto con Engels. Los principales temas sobre los que trabajó Marx fueron la crítica filosófica, la crítica política y la crítica de la economía política.

Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y Engels en un sistema filosófico, el marxismo, articulado en torno a un método filosófico llamado materialismo dialéctico. Los principios del análisis marxista de la realidad también han sido sistematizados en el llamado materialismo histórico y la economía marxista. Del materialismo histórico, que sitúa la lucha de clases en el centro del análisis, se han servido numerosos científicos sociales del siglo XX: historiadores, sociólogos, antropólogos, teóricos del arte, etc. También ha sido muy influyente su teoría de la alienación.

Las obras de Marx han inspirado a numerosas organizaciones políticas comprometidas en superar el capitalismo. Por una parte, habría que señalar la interpretación que han realizado los leninistas, partidarios de que una vanguardia del proletariado, organizada en un partido revolucionario, preparado, si es necesario, para trabajar en la clandestinidad, empuje a la clase obrera a hacerse con el poder mediante la fuerza insurreccional de masas, para así derrocar a sus antiguas clases opresoras y dominantes, la burguesía y la aristocracia, expropiándolas de su control sobre el aparato de Estado y los medios de producción, y procediendo a la construcción de un Estado obrero que, además de instituir a aquélla como clase dominante, le permita avanzar hacia el socialismocomunismo —sociedad sin clases sociales y sin Estado, basada en un altísimo nivel de civilización—. —sociedad altamente igualitaria y solidaria, sobre la base de la democracia obrera y la propiedad social sobre los medios de producción, y un fuerte desarrollo productivo y cultural, con una economía planificada capaz de suplir holgadamente las principales necesidades mayoritarias— y la desaparición de la división de la sociedad en clases, hasta llegar al

Por otra, la que realiza la socialdemocracia, en sus orígenes contraria a la táctica revolucionaria y partidaria de avanzar hacia el socialismo a través de progresivas reformas parlamentarias (hay que decir que la mayoría de partidos socialdemócratas han ido poco a poco reformando sus planteamientos, hasta aceptar la economía de mercado). Otros teóricos, como los del comunismo consejista son partidarios de la toma del poder por parte de la clase obrera autoorganizada y no por parte de un partido.


Ideas filosóficas

Durante su juventud, y mientras se formaba en filosofía, Marx recibió la influencia del filósofo alemán predominante en Alemania en aquel tiempo, Hegel. De este autor tomó el método del pensamiento dialéctico, al que, según sus propias palabras, pondría sobre sus pies; significando el paso del idealismo dialéctico del espíritu como totalidad a una "dialéctica del devenir constante" donde la síntesis, a diferencia de Hegel, no había sido realizada. Además, sigue utilizando el método dialéctico para analizar las contradicciones en la historia de la humanidad y, específicamente, aquella entre el capital y el trabajo.

Una interpretación sobre el desarrollo de la obra de Marx, proveniente del francés Louis Althusser, considera que los escritos de Marx se dividen en dos vertientes. Esta interpretación es relevante en la exegética marxista, pero a la vez es muy polémica y pocos autores la mantienen al día de hoy. Althusser encuentra dos etapas:

1 - Marx joven (hasta 1845) período en que estudia la alienación (o enajenación) y la ideología, desde una perspectiva cercana al humanismo influida en gran parte por la filosofía de Ludwig Feuerbach.

Marx se pregunta y contesta en sus Manuscritos de 1844:

¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a si mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo. [1]

Paralelamente a estas ideas describe al hombre con diversas concepciones: lo considera un ser real de carne y hueso; es únicamente el resultado de la historia económica, un predicado de la producción de la misma historia.

Piensa que el hombre se realiza modificando la naturaleza para satisfacer sus necesidades en un proceso dialéctico en que la transformación de agente y paciente es transformación mutua. La autogeneración del hombre es un proceso real, histórico – dialéctico, entendiéndose la dialéctica como proceso y movimiento a través de la superación sintética de las contradicciones.

Cuando Marx habla de 'realidad' hace referencia al contexto histórico social y al mundo del hombre. Asegura que el hombre es sus relaciones sociales.

Para Marx, lo que el hombre es no puede determinarse a partir del espíritu ni de la idea sino a partir del hombre mismo, de lo que éste es concretamente, el hombre real, corpóreo, en pie sobre la tierra firme. El hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo sino que el hombre es en el mundo, esto es el Estado y la sociedad.

La libertad, la capacidad de actuar eligiendo, está limitada a las determinaciones históricas, pero es, al mismo tiempo, el motor de aquéllas cuando las relaciones sociales y técnicas entran en crisis.

Dios, la Filosofía y el Estado constituyen alienaciones en el pensamiento, alienaciones dependientes de la alienación económica, considerada para Marx única enajenación real.

En líneas generales, Marx defiende la idea de que la alineación empobrece al hombre sociohistórico negándole la posibilidad de modificar aspectos de los ámbitos en los que se ve involucrado, provocándole una conciencia falsa de su realidad. Sin embargo, éste es un hecho que puede suprimirse.

Políticamente, el pensador alemán aboga por una sociedad comunista. Entre el hombre alienado (aquel que no coincide consigo mismo) y el hombre comunista (aquel que finalmente es igual a hombre) se coloca el proceso transformador. Sólo en la sociedad comunista habrá desaparecido toda alienación.


2 - Marx maduro (1845-1875): Según Althusser, 1845, el año de La ideología alemana y las Tesis sobre Feuerbach, marca la ruptura epistemológica (concepto tomado de Gaston Bachelard). A partir de la cual Marx rompe con su etapa anterior, ideológica y filosófica, e inaugura un período científico en el cual desarrolla estudios económicos e históricos usando el método del materialismo histórico. Como diría Althusser, Marx inaugura el continente historia.

Este es, eminentemente, el período de su magna obra: El capital. Crítica de la economía política. No hay que olvidar, por otro lado, los textos de los que esta obra surge: la Contribución a la crítica de la economía política (que dará material para el primer capítulo de El capital) o los Grundrisse, cuyo tardío descubrimiento dio mucho que hablar sobre las continuidades de Marx con su primera etapa, y proporcionó de argumentos a los críticos de la ruptura epistemológica. Durante su etapa de madurez, la obra de Marx se vuelve más sistemática y surgen sus conceptos económicos más destacados: la teoría del valor, la explotación como apropiación de plusvalía, o la teoría explicativa sobre las crisis capitalistas.

Sin embargo otros autores, incluido Erich Fromm, niegan la "ruptura epistemológica" y sostienen que la idea de enajenación es la fundamental durante todo el pensamiento de Karl Marx. Más cercanos al humanismo, no consideran que haya un joven y un viejo Marx y reivindican la continuidad de su obra alrededor de un concepto del hombre y su enajenación en el capitalismo.


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