Cuantitativamente, pueden darse distintas cleses de gobiernos, dependiendo del número
de gobernantes: uno solo, unos pocos o la mayoría y cualitativamente, estas
formas podrán ser justas o injustas, atendiendo a si su mira está puesta en el
bien particular o en el bien común. Veámoslo.
Por la cantidad
Gobierno de uno
Gobierno de unos pocos
Gobierno de muchos
Gobierno justo
Monarquía
Aristocracia
Democracia
Gobierno injusto
Tiranía
Oligarquía
Demagogia
La monarquía es la forma justa de gobierno de un sólo hombre.
La aristocracia es el gobierno justo de unos pocos: "los mejores"
o aristoi.
La democracia es la forma justa del gobierno del demos o pueblo.
Son tres formas justas porque miran el bien y
el interés común. Cuando estas tres formas se desvían de la justicia y se
orientan al interés particular degeneran respectivamente en las siguientes
formas injustas de gobierno: tiranía, oligarquía y demagogia.
(Estagira, 384-Calcis, 322 a.J.C.) Filósofo griego. Hijo del médico real de Macedonia, estuvo veinte años en la Academia de Platón, primero como discípulo y luego como investigador y como tutor. Candidato a ser el sucesor del maestro, se afirma (aunque es dudoso) que quedó despechado por el nepotismo de la elección de Espeusipo y marchó a Assos (Asia Menor), donde escribió su diálogo Sobre la filosofía (la «carta de Assos») y fundó un centro de estudio bajo la protección de su amigo Hermias, gobernador de Atarnea, con una de cuyas parientes, llamada Pitias, se casó.
Aristóteles
Muerto Hermias (capturado y crucificado por el sátrapa Mentor), partió hacia Lesbos como huésped de Teofrasto; fiel a la amistad, compuso la Oda a la virtud, en memoria de Hermias y por la que veinte años después sus enemigos intentaron procesarle por impiedad. Aceptó luego de Filipo II de Macedonia el cargo de preceptor de Alejandro (de 13 años), quien siempre conservaría un gran respeto por su maestro, le apoyaría económicamente e incluso le mandaría desde el Indo ejemplares de la fauna y de la flora de su imperio.
Aristóteles se había trasladado mientras tanto, de nuevo, a Atenas y había fundado el Liceo, donde enseñaba paseando (de ahí el nombre de escuela «peripatética»), seguía sus investigaciones y análisis de datos, correspondientes a los más diversos campos (arte dramático, constituciones políticas, deportes olímpicos, zoología), y elaboraba una veintena de obras. Sin embargo, al morir Alejandro (a los 33 años), el clan de Demóstenes (autor de las Filípicas y, por tanto, enemigo de Aristóteles) se envalentonó y «el Estagirita» volvió a decidir su partida, para «ahorrar a los atenienses un segundo atentado contra la filosofía» (el primero lo habían cometido con Sócrates). Al año siguiente, moría en Eubea de úlcera de estómago.
Escondidas en una bodega -para protegerlas de los proveedores de Pérgamo-, sus obras fueron olvidadas, descubiertas por azar, ordenadas y editadas por Andrónico de Rodas en la Roma de Cicerón, redescubiertas como totalidad en la Edad Media por los árabes, cristianamente interpretadas (bautizadas) por los tomistas y neoescolásticos, relegadas por los modernos y, por último, definitivamente rehabilitadas a partir de Hegel.
De ellas, la tradición ha recogido con el nombre de Órganon las obras de lógica: Categorías, De la interpretación, Primeros y Segundos analíticos, Tópicos y Refutaciones de los sofismas. Además de la Retórica, de la Poética (en parte) y de Sobre el alma, la «antropología» de Aristóteles comprende la Ética a Eudemo, la Ética a Nicómaco, la Política y la Constitución de Atenas. Sus obras sobre la naturaleza son: Del cielo, De la generación y corrupción, los Meteoros, la Mecánica, De las partes de los animales, De la generación de los animales, Sobre el caminar, Sobre el movimiento, etc. Los varios libros de la Física y de la Metafísica fundamentan y coronan el conjunto.
Gracias a él, sabemos de la ciencia positiva de la época y de los trabajos y concepciones de sus predecesores y contemporáneos. Aristóteles aporta siempre agudas y originales observaciones y no pocas de sus adquisiciones lo han sido de las ciencias naturales de todos los tiempos (algunas, incluso, no confirmadas hasta el s. XIX): describió unas 400 especies (de las que disecó unas 50), distinguió entre animales «sanguíneos» (vertebrados) y «exangües» (invertebrados), clasificó a los murciélagos como mamíferos, describió la vida social de las abejas, distinguió entre insectos dípteros e himenópteros y entre rocas y minerales y aportó la noción capital de especie.
Clasificador y analista universal (de regímenes políticos, de géneros literarios, de categorías y de modos de razonar e, incluso, del ser y de las causas) y tan atento al fenómeno del lenguaje como reticente con los abusos del habla, Aristóteles se planteó además y sobre todo las grandes cuestiones de fondo: la estructura de la materia, la organización de la vida, el poder del espíritu y sus límites, la libertad del hombre y su sentido y la trascendencia misma de la divinidad y su misterio.
Platón utiliza el símil de la "línea" para representar los distintos niveles y grados de conocimiento: imaginación, creencia, pensamiento e inteligencia ( la mayor perfección del alma y sinónimo de filosofía ).Nos pide que dividamos una línea en dos segmentos desiguales ( AC Y CD ) y que volvamos a cortar cada uno de esos segmentos ( AD, DC, CE, EB ). Cada subsección representa una clase de objeto y de conocimiento en sucesión creciente de realidad y claridad.1. CB: se refiere al Mundo Inteligible y al conocimiento de dicho mundo, el conocimiento intelectual ( ciencia o epistéme ).- CE: entidades matemáticas y conocimiento matemático. ( Pensamiento discursivo )- EB: las Ideas ( Idea del Bieny su conocimiento) ( Dialéctica, Filosofía )2.AC: se refiere al Mundo Sensible ( Mundo visible ) y al conocimiento de dicho mundo ( doxa u opinión).- AD: sombras, reflejos de objetos en el agua y objetos pulidos. ( Conjetura )- DC: las cosas físicas o materiales y su conocimiento mediante su percepción directa. ( Creencia )
Relaciones explícitas entre Matrix y el “Mito de la Caverna”
1.- En el mito de la caverna los hombres permanecen atados de piernas y brazos percibiendo las sombras de los objetos que pasan detrás de ellos. En matrix, la gente permanece dentro de unos enormes “cultivos de personas” en los que están dormidos, proyectando en sus mentes imágenes, sentimientos y situaciones dados por la matrix. Ellos creen que ésa es su realidad, su verdadera vida, en medio de la sociedad del siglo XX, siendo que sólo son impulsos bioeléctricos enviados por las computadoras para mantener las mentes ocupadas y, a través de ello poder brindarle energía a las máquinas para su subsistencia.
La relación está en que, en ambos casos, los humanos viven un mundo ficticio creyendo que es el real.
2.-. En el Mito de la caverna, un hombre es sacado del lugar en que está y es enfrentado a la luz verdadera (la del sol), a los objetos que proyectaban las sombras, es decir, al mundo real, al principio, rehúsa creerlo, con el paso del tiempo, comienza a adaptarse, pero sigue confundido, le cuesta asimilar que su pasado es irreal. En la película, Neo es desconectado de Matrix y le es enseñado el mundo real.
Al igual que en el mito, Neo se rehúsa a creerlo, al principio cree que le están “vendiendo la pomá”, le duelen los ojos, porque nunca había visto con ellos, sino con la mente, y, poco a poco, comienza a adaptarse al nuevo mundo que le ha sido mostrado.
3.- En la caverna el prisionero que es liberado puede apreciar la verdadera realidad, queriendo luego contarles y liberar a los que son prisioneros aùn, y en la película lo mismo es reflejado cuando Neo decide volver a la Matrix para poder liberar al resto de la “masa”.
4.- En el mito de la caverna el hombre que se enfrenta al mundo de la luz, tiene que olvidar todos sus prejuicios, recuerdos y convencimientos para poder creer que lo que vé es lo verdadero, y en la secuencia número 5, Morfeo antes de saltar le dice a Neo que debe olvidar todo el pasado y convencerse de la realidad, y de que puede lograr el gran salto.
5.- En el mito de la caverna, se hace alusión a que si el “liberado” decidiera liberar a los demás apresados, éstos, se acriminarían contra él, y tratarían de matarlo. En Matrix, Cyfer trata de matar a Neo, porque era él elegido para liberar a quienes estaban en Matrix y él, quería volver a ella, olvidarlo todo, y tener una vida feliz.
Juguemos, por un momento, para poder realizar la analogía, a que Neo, es el liberado y Cyfer los demás hombres de la caverna, quienes, según Platón, matarían a éste hombre en su intento por liberarlos.
Imagina una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido un tabiquillo parecido a las mamparas que se alzan entre los titiriteros y el público, por encima de las cuales exhiben aquellos sus maravillas.
- Ya lo veo-dijo.
- Pues bien, ve ahora, a lo largo de esa paredilla, unos hombres que transportan toda clase de objetos, cuya altura sobrepasa la de la pared, y estatuas de hombres o animales hechas de piedra y de madera y de toda clase de materias; entre estos portadores habrá, como es natural, unos que vayan hablando y otros que estén callados.
- ¡Qué extraña escena describes -dijo- y qué extraños prisioneros!
- Iguales que nosotros-dije-, porque en primer lugar, ¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombras proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?
- ¿Cómo--dijo-, si durante toda su vida han sido obligados a mantener inmóviles las cabezas?
- ¿Y de los objetos transportados? ¿No habrán visto lo mismo?
- ¿Qué otra cosa van a ver?
- Y si pudieran hablar los unos con los otros, ¿no piensas que creerían estar refiriéndose a aquellas sombras que veían pasar ante ellos?
- Forzosamente.
- ¿Y si la prisión tuviese un eco que viniera de la parte de enfrente? ¿Piensas que, cada vez que hablara alguno de los que pasaban, creerían ellos que lo que hablaba era otra cosa sino la sombra que veían pasar?
- No, ¡por Zeus!- dijo.
- Entonces no hay duda-dije yo-de que los tales no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos fabricados.
- Es enteramente forzoso-dijo.
- Examina, pues -dije-, qué pasaría si fueran liberados de sus cadenas y curados de su ignorancia, y si, conforme a naturaleza, les ocurriera lo siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a levantarse súbitamente y a volver el cuello y a andar y a mirar a la luz, y cuando, al hacer todo esto, sintiera dolor y, por causa de las chiribitas, no fuera capaz de ver aquellos objetos cuyas sombras veía antes, ¿qué crees que contestaría si le dijera d alguien que antes no veía más que sombras inanes y que es ahora cuando, hallándose más cerca de la realidad y vuelto de cara a objetos más reales, goza de una visión más verdadera, y si fuera mostrándole los objetos que pasan y obligándole a contestar a sus preguntas acerca de qué es cada uno de ellos? ¿No crees que estaría perplejo y que lo que antes había contemplado le parecería más verdadero que lo que entonces se le mostraba?
- Mucho más-dijo.
II. -Y si se le obligara a fijar su vista en la luz misma, ¿no crees que le dolerían los ojos y que se escaparía, volviéndose hacia aquellos objetos que puede contemplar, y que consideraría qué éstos, son realmente más claros que los que le muestra .?
- Así es -dijo.
- Y si se lo llevaran de allí a la fuerza--dije-, obligándole a recorrer la áspera y escarpada subida, y no le dejaran antes de haberle arrastrado hasta la luz del sol, ¿no crees que sufriría y llevaría a mal el ser arrastrado, y que, una vez llegado a la luz, tendría los ojos tan llenos de ella que no sería capaz de ver ni una sola de las cosas a las que ahora llamamos verdaderas?
- No, no sería capaz -dijo-, al menos por el momento.
- Necesitaría acostumbrarse, creo yo, para poder llegar a ver las cosas de arriba. Lo que vería más fácilmente serían, ante todo, las sombras; luego, las imágenes de hombres y de otros objetos reflejados en las aguas, y más tarde, los objetos mismos. Y después de esto le sería más fácil el contemplar de noche las cosas del cielo y el cielo mismo, fijando su vista en la luz de las estrellas y la luna, que el ver de día el sol y lo que le es propio.
- ¿Cómo no?
- Y por último, creo yo, sería el sol, pero no sus imágenes reflejadas en las aguas ni en otro lugar ajeno a él, sino el propio sol en su propio dominio y tal cual es en sí mismo, lo que. él estaría en condiciones de mirar y contemplar.
- Necesariamente -dijo.
- Y después de esto, colegiría ya con respecto al sol que es él quien produce las estaciones y los años y gobierna todo lo de la región visible, y que es, en cierto modo, el autor de todas aquellas cosas que ellos veían.
- Es evidente -dijo- que después de aquello vendría a pensar en eso otro.
- ¿Y qué? Cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia de allí y de sus antiguos compañeros de cárcel, ¿no crees que se consideraría feliz por haber cambiado y que les compadecería a ellos?
- Efectivamente.
- Y si hubiese habido entre ellos algunos honores o alabanzas o recompensas que concedieran los unos a aquellos otros que, por discernir con mayor penetración las sombras que pasaban y acordarse mejor de cuáles de entre ellas eran las que solían pasar delante o detrás o junto con otras, fuesen más capaces que nadie de profetizar, basados en ello, lo que iba a suceder, ¿crees que sentiría aquél nostalgia de estas cosas o que envidiaría a quienes gozaran de honores y poderes entre aquellos, o bien que le ocurriría lo de Homero, es decir, que preferiría decididamente "trabajar la tierra al servicio de otro hombre sin patrimonio" o sufrir cualquier otro destino antes que vivir en aquel mundo de lo opinable?
- Eso es lo que creo yo -dijo -: que preferiría cualquier otro destino antes que aquella vida.
- Ahora fíjate en esto -dije-: si, vuelto el tal allá abajo, ocupase de nuevo el mismo asiento, ¿no crees que se le llenarían los ojos de tinieblas, como a quien deja súbitamente la luz del sol?
- Ciertamente -dijo.
- Y si tuviese que competir de nuevo con los que habían permanecido constantemente encadenados, opinando acerca de las sombras aquellas que, por no habérsele asentado todavía los ojos, ve con dificultad -y no sería muy corto el tiempo que necesitara para acostumbrarse-, ¿no daría que reír y no se diría de él que, por haber subido arriba, ha vuelto con los ojos estropeados, y que no vale la pena ni aun de intentar una semejante ascensión? ¿Y no matarían; si encontraban manera de echarle mano y matarle, a quien intentara desatarles y hacerles subir?.
- Claro que sí -dijo.
III. -Pues bien -dije-, esta imagen hay que aplicarla toda ella, ¡oh amigo Glaucón!, a lo que se ha dicho antes; hay que comparar la región revelada por medio de la vista con la vivienda-prisión, y la luz del fuego que hay en ella, con el poder del. sol. En cuanto a la subida al mundo de arriba y a la contemplación de las cosas de éste, si las comparas con la ascensión del alma hasta la. región inteligible no errarás con respecto a mi vislumbre, que es lo que tú deseas conocer, y que sólo la divinidad sabe si por acaso está en lo cierto. En fin, he aquí lo que a mí me parece: en el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello que hay en todas las cosas; que, mientras en el mundo visible ha engendrado la luz y al soberano de ésta, en el inteligible es ella la soberana y productora de verdad y conocimiento, y que tiene por fuerza que verla quien quiera proceder sabiamente en su vida privada o pública.
- También yo estoy de acuerdo -dijo-, en el grado en que puedo estarlo.